Evidencia de robo de tierras por el clan familiar Valle arroja luz sobre el modus operandi de uno de los grupos narcotraficantes más importantes de Honduras.
La familia Valle invadió cientos de hectáreas de tierra para establecer sus operaciones, según un informe de la Fiscalía Especial contra el Crimen Organizado (FESCCO), al que tuvo acceso El Heraldo.
La organización narcotraficante tomó posesión en forma ilegal de gran número de propiedades en cinco municipios del departamento del Copán, y en uno, en el departamento de Santa Bárbara, ambos al noroccidente de Honduras, señala el informe.
De las cerca de 996 hectáreas confiscadas, la organización no tiene títulos de propiedad para 714 hectáreas, o 28 manzanas de tierras, pero sí los tiene de las restantes 283 hectáreas, o 14 manzanas.
La organización y sus supuestos testaferros dicen tener escrituras que prueban sus derechos sobre la tierra confiscada, pero en el Instituto de Propiedad (IP) de Honduras no se encuentran registros de dichos títulos.
La incautación de los activos de la organización de los Valle se inició en agosto de 2014, después de que el Tesoro Estadounidense clasificara a los líderes del clan como narcotraficantes.
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Según el informe de la FESCCO, se incautó un total de 88 propiedades a la familia Valle, que incluye centros comerciales, hoteles, gimnasios, casas, estacionamientos, ferreterías y una empresa de televisión por cable. De estas, 30 tienen la documentación requerida, no así 58 de ellas.
Los hermanos Miguel Arnulfo, Luis Alonso y José Inocente —extraditados a Estados Unidos por narcotráfico— junto con José Reynerio, fugitivo, y Digna Valle Valle, condenada por tráfico de cocaína en Estados Unidos, demandan la restitución de las propiedades confiscadas por medio de sus abogados.
Análisis de InSight Crime
Al parecer las tierras incautadas —en la región fronteriza con Guatemala, la principal área de operaciones de la organización— se usaban como base para las actividades de narcotráfico del grupo. Alguna vez se estimó que la familia Valle movía unas 10 toneladas de cocaína al mes por medio de Honduras, como enlace entre grupos criminales colombianos, guatemaltecos y mexicanos.
La invasión de tierras, o la adquisición de las mismas con ganancias ilícitas, es una característica común entre las organizaciones narcotraficantes, incluyendo Los Cachiros, el otro gran grupo transportista de Honduras. En Colombia, el problema reviste particular importancia, pues los grupos criminales se aprovechan de los bajos impuestos a la tenencia de la tierra para lavar dinero con la adquisición de propiedades. La posesión de tierra puede considerarse equivalente a poderío económico e influencia política.
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La incautación de las tierras de los Valle puede ser otro duro golpe al grupo, al que se le han debilitado grandemente su influencia y sus finanzas en los últimos años. Se cree que estas medidas de fuerza son resultado de la mayor presión de Estados Unidos y de una actitud menos complaciente del gobierno hondureño hacia los criminales, anteriormente intocables.