El reciente llamado del presidente Nicolás Maduro a sus grupos de civiles armados a “resistir” y mantenerse firmes en medio de la más crítica situación de conflictividad social que ha atravesado Venezuela, ratifica el uso de estas organizaciones criminales para ayudar a su régimen a mantenerse en el poder.
En medio de una prolongada interrupción del servicio eléctrico, que afectó también el suministro de otros servicios en todo el país desde el jueves 7 de marzo, y ha provocado saqueos y acciones vandálicas, Maduro pidió apoyo a los “colectivos” (grupos de civiles armados que actúan como paramilitares) y a las diversas organizaciones comunales creadas por su gobierno, a través de una transmisión en cadena de radio y televisión el lunes 11 de marzo.
“Le hago un llamado a todo el poder social, a todo el poder popular de Venezuela... Le hago un llamado a los colectivos. A todos. Llegó la hora de la resistencia activa”, manifestó el mandatario, considerado ilegítimo por más de 60 países.
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Estos grupos de colectivos surgieron durante el gobierno de Hugo Chávez con el objetivo de defender la revolución bolivariana y, desde entonces, cuentan con el apoyo oficial. Están armados, se desplazan en motocicletas y han sido utilizados para controlar y reprimir las manifestaciones contra el gobierno. También han sido usados para poner “orden”, mediante el uso de la violencia, en casos de saqueos, como los que se han registrado en medio de la crítica situación que vive Venezuela.
Análisis de InSight Crime
El llamado de Maduro demuestra una vez más la vinculación de su gobierno con estos grupos paramilitares dedicados a actividades criminales como el secuestro, la extorsión, el tráfico de drogas y otros delitos.
A los colectivos se les ha permitido actuar con impunidad a cambio de su apoyo en el combate de las protestas antigubernamentales, la intimidación y persecución a los opositores, con el objetivo de mantener en pie el tambaleante régimen de Venezuela.
El blackout causado por las fallas en el suministro de energía eléctrica es el telón de fondo de las más recientes manifestaciones ciudadanas que han sido interrumpidas por estos grupos de civiles armados. Así lo muestra un video difundido en la red social Twitter, que registra la actuación de los colectivos el domingo 10 de marzo en el municipio Chacao de Caracas para dispersar a las personas que manifestaban porque no tenían electricidad. Los hombres armados salieron desde la sede del Ministerio de Transporte.
Al descontento social por las consecuencias del apagón, se suman saqueos, disturbios y alteraciones del orden público donde los colectivos también han tenido una intervención protagónica.
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En febrero de este año InSight Crime advirtió sobre la existencia del Colectivo de Seguridad Fronteriza, que opera en el estado Táchira y está integrado por disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Este grupo actuó en coordinación con cuerpos de seguridad del Estado para detener el ingreso de la ayuda humanitaria a Venezuela, el pasado 23 de febrero.
Mientras aumenta la efervescencia política y social en Venezuela, los colectivos parecen fortalecidos como fuerza de choque y brazo armado de la revolución chavista, con carta blanca para cometer desmanes y profundizar sus actividades criminales.