La desarticulación reciente de una organización de ciudadanos chinos que exportaba pescado desde Argentina, señalada de evadir impuestos por millones de dólares y lavar el dinero de las ganancias, es una evidencia más de la expansión de estas organizaciones mafiosas en el país suramericano.
El 30 de agosto, las autoridades en Argentina detuvieron a varios miembros de una organización que operaba un negocio de exportación pesquera en la ciudad costera de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires. Se acusa a la firma de liderar actividades, como contrabando, lavado de dinero y evasión de impuestos por un valor estimado de US$23 millones entre 2017 y 2019.
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Según la investigación, la organización operaba por medio de seis empresas que exportaban pescado a Uruguay para venderlo posteriormente a clientes en Brasil y China.
Las firmas sobrefacturaban las operaciones entre empresas para inflar los costos y subfacturaban las operaciones de comercio exterior, según un comunicado de prensa de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), de Argentina.
Como parte del operativo, las autoridades allanaron varias residencias y oficinas en todo el país, donde incautaron teléfonos móviles, tarjetas de memoria, por lo menos 10 tipos de moneda extranjera y pasaportes de propiedad de varios ciudadanos chinos.
Análisis de InSight Crime
Por muchos años, Argentina ha intentado sin éxito contener a grupos criminales chinos que operan en el país, y la evidencia apunta a que adquieren mayor sofisticación e influencia.
Históricamente, organizaciones criminales conformadas por ciudadanos chinos apuntaban a otros miembros de la gran comunidad china que tienen pequeñas cadenas de supermercados en grandes ciudades de toda Argentina y los extorsionaban a cambio de “proteccción”. Las autoridades siguen denunciando casos frecuentes de amenazas y violencia.
Más recientemente, estos grupos han optado por atacar a comerciantes argentinos, cuyas actividades se desarrollan en zonas con alta presencia de negocios de propiedad china, en lo que podría ser una expansión de sus tácticas criminales.
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Aunque la organización que exportaba pescado ilegalmente operaba en una economía criminal diferente, lo que muestra su desarticulación luego de muchos años en el negocio es la dificultad para Argentina de contener esta creciente amenaza.
Esto sucede por varias razones.
El idioma es una barrera importante para las investigaciones. Cuando las autoridades argentinas abrieron una investigación contra el mayor grupo criminal chino que operaba en el país, la banda criminal Pixiu, tuvieron que conseguir ayuda de un funcionario de la embajada china para las escuchas al grupo.
Sin embargo, muchos miembros de la gran comunidad china en Argentina suelen mostrarse reticentes a ayudar en investigaciones oficiales, pues afirman tener temor de posibles repercusiones si son vistos trabajando contra las pandillas, cuyos integrantes residen en las mismas zonas que ellos, según un reportaje de Infobae.
Un informe del Departamento de Defensa estadounidense también identificó la reticencia de ciudadanos argentinos de origen chino a la colaboración con la policía y los fiscales locales, lo que contribuye a que la mafia china siga siendo “casi invisible”.
La colusión oficial es otro problema. Pocos meses después de los arrestos de los principales cabecillas de Pixiu en el llamado “Operativo Cabeza de Dragón”, se descubrió que el grupo tenía vínculos con un funcionario de gobierno.
Leonardo Javier Rende, en aquel entonces jefe de la comisión nacional de migración de Argentina, fue acusado de aceptar sobornos a cambio de facilitar una red de trata de personas manejada por Pixiu.
Es muy posible que el negocio de exportación pesquera operara con algún grado de colusión con funcionarios corruptos.
No cabe duda de que el problema no solo involucra a grupos criminales de ciudadanos chinos. Pese a los esfuerzos del gobierno por contenerlos, el contrabando y la evasión tributaria siguen siendo delitos muy frecuentes en Argentina, y parte de las razones que los facilitan son la falta de controles eficientes y la corrupción oficial.