Las pandillas callejeras de El Salvador han llevado a cabo más de 250 ataques contra las fuerzas de seguridad en lo que va de este año, estadísticas que sugieren que el país se encamina hacia una nueva fase de mayor conflicto sangriento, similar a una guerra de baja intensidad.
El 14 de mayo, el subdirector de la Policía Nacional Civil (PNC), Howard Cotto, afirmó que el ejército y la policía del país se han enfrentado en 251 tiroteos con las pandillas en lo que va de 2015, informó El Mundo. Cotto añadió que 24 oficiales de policía han sido asesinados este año, aunque al parecer muchos no estaban en servicio cuando fueron atacados. El oficial de policía realizó estas declaraciones poco después de entregar 850 chalecos antibalas a miembros de la PNC.
Según El Mundo, el director de la PNC, Mauricio Ramírez Landaverde, también afirmó que el arsenal de la policía es “insuficiente” para que los oficiales lleven a cabo su trabajo, pese a que este organismo mantiene un inventario de AK-47, AR-15 y rifles M16, entre otras armas.
Por otra parte, el 16 de mayo las autoridades descubrieron 23 granadas ocultas que se piensa iban a ser usadas contra estaciones y vehículos de la policía, informó La Prensa Gráfica.
Análisis de InSight Crime
Con un promedio de casi dos enfrentamientos por día, el conflicto entre las pandillas y las fuerzas de seguridad en El Salvador parece estar adquiriendo tonos de guerra de baja intensidad. Ambas partes han aumentado sus agresiones desde el rompimiento de la tregua entre pandillas el año pasado, lo cual está llevando a El Salvador a ser la nación más violenta en el hemisferio occidental. Esta oleada de violencia supera incluso los niveles reportados antes de la tregua: marzo fue el mes más violento de los últimos 10 años.
VEA TAMBIÉN: Noticias y perfil de El Salvador
Por su parte, la MS13 —una de las principales pandillas callejeras del país— habría lanzado un plan de asesinato de policías, que ha llevado a la muerte de al menos tres oficiales. Dado que miembros de alto y bajo rango se sienten superados en capacidad de ataque por el enemigo, oficiales de alto nivel han propuesto un enfoque más agresivo para combatir a las pandillas. En enero, Landaverde les dijo a sus subalternos que podían dispararles a los criminales “con toda confianza”; por otra parte, en febrero otro oficial afirmó que “estaban en guerra”. A principios de este mes, el presidente Sánchez Cerén anunció que unas 600 fuerzas especiales —muchas de las cuales hacen parte de unidades militares de élite— serán enviadas a zonas urbanas para proteger de las pandillas a los residentes de las ciudades. Estas tropas no están entrenadas para vigilar o patrullar, sino para dar de baja a los enemigos.
Probablemente, el creciente enfoque militar ha contribuido a las altas cifras de muertes como resultado de las confrontaciones entre las fuerzas de seguridad y las pandillas. Sánchez Cerén ha atribuido un 30 por ciento de las muertes en marzo a tiroteos ocurridos entre la policía y presuntos pandilleros.