Más de la mitad de las empresas de Latinoamérica sufrieron ataques cibernéticos como "malware" (software malicioso), fraude, denegación de servicio (denial of service) y “phishing” en 2012; según la firma de seguridad de Internet ESET, resaltando la prevalencia de los delitos cibernéticos en la región.
De lejos, la forma más frecuente de ataque cibernético fue el malware, que afectó a alrededor del 50 por ciento de las 3.500 empresas latinoamericanas encuestadas por el Informe de Seguridad ESET. El malware se utiliza para acceder a los sistemas informáticos privados, interrumpir las operaciones y obtener información, por lo general con fines de lucro.
Los tres países con las mayores tasas de infecciones de malware reportadas fueron El Salvador (74 por ciento), Venezuela (71 por ciento) y Bolivia (67 por ciento). Colombia, Brasil, Ecuador, Perú y toda Centroamérica también estuvieron por encima del 50 por ciento. Denuncias de infección de malware en México, por su parte, disminuyeron drásticamente en comparación con el mismo informe del año anterior, de 82 a 41 por ciento.
Otras formas populares de ataque fueron la explotación de vulnerabilidades (reportando el 16 por ciento), el desmonte de sitios de internet (15 por ciento), ataques de denegación de servicio (DoS) (15 por ciento), el acceso inapropiado (13 por ciento) y phishing (obtención ilegal de información personal o financiera) (13 por ciento).
Análisis de InSight Crime
El cibercrimen se ha convertido en una preocupación de seguridad cada vez más importante en Latinoamérica. Los ataques cibernéticos a menudo se realizan con fines de lucro, con los bancos de Latinoamérica perdiendo US$93 millones al año por phishing e informes sobre la participación de organizaciones criminales mexicanas en delitos como la clonación de tarjetas de crédito como una nueva fuente de ingresos. Colectivos de hackers como Anonymous, por su parte, por lo general lanzan ciberataques por motivos políticos, a menudo contra las instituciones gubernamentales.
Según los informes de 2011 de otras firmas de seguridad, los ciberdelincuentes brasileños son responsables de la mayor parte de esta actividad en la región, mientras que México es uno de los países que más sufre por el cibercrimen.