Un alto funcionario de seguridad en Honduras ha atribuido las recientes masacres en San Pedro Sula a la captura del jefe del Cartel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán, aunque es probable que la ola de violencia esté más vinculada al estatus de la ciudad como centro estratégico de operaciones para las organizaciones criminales internacionales.
Desde principios de marzo, San Pedro Sula ha conocido tres casos diferentes de homicidios múltiples, con víctimas que incluyen extranjeros.
Quintin Juárez, jefe de Fusina en San Pedro Sula -una fuerza de seguridad recién creada, y encargada de reducir la violencia- atribuyó las muertes a los narcotraficantes internacionales que compiten por el poder, desde la detención de Guzmán en febrero, informó El Heraldo. Juárez también calificó a las muertes de "selectivas" y "producto del narcotráfico".
La ola de violencia comenzó el 3 de marzo, cuando cinco personas fueron emboscadas fuera de una tienda, y asesinadas a tiros por hombres en un camión. Días más tarde, cuatro hombres fueron asesinados durante una transferencia de droga que al parecer salió mal, entre ellos se encontraba un guatemalteco, un mexicano y un beliceño. Por último, el 12 de marzo, un mecánico hondureño y un venezolano fueron asesinados en una camioneta.
Análisis de InSight Crime
Ha habido muchas especulaciones acerca de lo que la caída de "El Chapo" significará para la violencia producto del narcotráfico en Centroamérica, lugar que sirve como puente entre los países productores de cocaína de Suramérica y los carteles mexicanos que trafican droga a Estados Unidos.
Sin embargo, las declaraciones del jefe de seguridad, de que los recientes asesinatos son el resultado de la captura de Guzmán, parecen ser infundadas, ya que no ha aportado pruebas para apoyarlas. Además, funcionarios locales y extranjeros de seguridad han dicho a InSight Crime que no esperan que surja ningún vacío considerable de poder en Centroamérica, como resultado de la captura de Guzmán. El Cartel de Sinaloa cuenta con fuertes estructuras en Honduras, y es poco probable que el arresto de Guzmán altere significativamente las operaciones.
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Los recientes asesinatos en San Pedro Sula, y el hecho de que estén involucradas víctimas extranjeras, puede ser simplemente una señal de cómo la ciudad se ha convertido en un destino principal para los criminales transnacionales en general.
San Pedro Sula es la capital del crimen en Honduras, pero también es el centro económico del país, haciendo de éste un lugar ideal para el lavado de dinero. A sólo aproximadamente 56 kilómetros (35 millas) de la frontera con Guatemala y cerca de Puerto Cortés, principal puerto de Honduras, también se encuentra en una ubicación privilegiada para el tráfico. Por otra parte, la ciudad continúa luchando contra la corrupción generalizada de oficiales, lo que añade un atractivo para los criminales.