Latinoamérica es el hogar de cinco de los 11 países identificados por Estados Unidos como la fuente de productos falsificados y pirateados -un comercio altamente rentable y estrechamente relacionado con el crimen organizado.
Según un reciente informe de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (United States Trade Representative -USTR) (pdf), los altísimos niveles de piratería y contrabando en los infames mercados de Argentina, Colombia, Ecuador, México y Paraguay posicionan a los países entre los principales abusadores de los derechos de propiedad intelectual del mundo.
En Argentina, La Salada de Buenos Aires es el "es el centro comercial y mercado negro más grande del mundo". El lugar de comercio ilegal es tan conocido y accesible que hay autobuses que llevan a los compradores de los países vecinos de Paraguay y Uruguay.
En Colombia, el asunto está conectado con las zonas comerciales conocidas como "San Andresitos" –nombradas tras las tiendas libres de impuestos disponibles en la isla de San Andrés. Estos centros comerciales, relacionados durante mucho tiempo con el crimen organizado, han pasado de vender productos de contrabando a la reproducción y distribución no autorizada de bienes, según el informe.
El comercio de Paraguay se centra en Ciudad del Este, un centro de mala reputación que es utilizado para el comercio de productos falsificados y pirateados, tanto adentro como afuera de la región de la triple frontera de Brasil, Argentina y Paraguay. La situación allí "no mejoró durante el año pasado o incluso la última década", según con la USTR.
En la lista también están el mercado La Bahía de Guayaquil en Ecuador, que se ha resistido a los esfuerzos de aplicación de la ley por las autoridades nacionales, así como el mercado de Tepito de México en Ciudad de México y el mercado de San Juan de Dios, en Guadalajara, que también muestra evidencia de actividad por parte de grupos del crimen organizado transnacional.
Análisis de InSight Crime
Los sectores de la piratería y el contrabando son las principales fuentes de ingresos para los grupos del crimen organizado en Latinoamérica, que se benefician de ellos, ya sea directamente a través de la fabricación y venta de mercancías, o indirectamente a través del cobro de tarifas de los vendedores para operar en los territorios bajo su control o usando el comercio para lavar el dinero de la droga.
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En México, los Zetas en particular han sacado provecho del sector, beneficiándose de las ventas dentro de las zonas bajo su control e incluso aparentemente estampando los CD’s pirateados con un logotipo de "Z". También se cree que La Familia Michoacana ha sacado provecho del sector por medio de la piratería de software.
Los San Andresitos de Colombia siempre han sido vistos como una plataforma ideal para el lavado de dinero por parte de los grupos criminales, los cuales repatrían las ganancias de la droga a través de los productos importados que se venden allí.
En otros lugares, como Ciudad del Este y Guayaquil, el comercio puede no tener este tipo de conexiones directas con el crimen organizado, sino que es parte de una anarquía general resultante del transporte masivo de mercancías -entre ellos las drogas ilegales.