El microtráfico está en aumento en las ciudades capitales de Latinoamérica, según un informe reciente, planteando la pregunta: ¿es inevitable el surgimiento de un mercado doméstico de drogas en los países utilizados como puntos de tránsito para el mercado internacional?
El Grupo de Diarios América –GDA- observó el mercado doméstico en 11 ciudades capitales de Latinoamérica: San José, Costa Rica; San Juan, Puerto Rico; Lima, Perú; Rio de Janeiro, Brasil; Montevideo, Uruguay; Quito, Ecuador; Buenos Aires, Argentina; Bogotá, Colombia; Ciudad de México, México; Santiago, Chile y Caracas, Venezuela.
A pesar de la falta de cifras precisas sobre el microtráfico en cualquiera de estas ciudades, las autoridades en todas estas capitales están de acuerdo que el comercio interno es un problema grave y que es difícil de combatir. Esto se debe en gran parte a la proliferación de puntos de venta de drogas -hay 240 puntos reconocidos en Bogotá y 960 en Montevideo- y a la facilidad con la que los grupos criminales reclutan jóvenes para vender las drogas.
Aunque la marihuana encabeza la lista de venta de droga, la cocaína, los inhalantes, la heroína y el crack, tienen un mercado local significativo y las drogas sintéticas están siendo cada vez más populares entre los estudiantes universitarios. Las autoridades de Ciudad de México estiman que el 10 por ciento de los jóvenes compran regularmente drogas en la calle.
Analisis de InSight Crime
Si bien existen numerosos factores sociales detrás del aumento del consumo de drogas, en muchos casos también hay una correlación entre el creciente tráfico internacional de drogas y el crecimiento de un mercado interno. Esta tendencia se ha visto en varios países de tránsito en toda la región, incluyendo Argentina y Ecuador, donde las disputas territoriales sobre el mercado interno han conducido a una creciente violencia e inseguridad. El informe del GDA atribuye 438 muertes en la capital de Puerto Rico al microtráfico.
Existen varios factores que pueden explicar esta tendencia. Uno de ellos es que a los transportistas de drogas se les paga en producto más que en dinero en efectivo, el cual fácilmente se puede inyectar de nuevo en el mercado local. Otra razón es que, si bien el tráfico transnacional de drogas normalmente implica la espera de un tiempo para recibir el pago, el microtráfico proporciona un inmediato flujo de efectivo. En tercer lugar, los esfuerzos exitosos contra el tráfico transnacional de drogas han llevado a algunas organizaciones a buscar las ganancias más cerca de casa.
Estas redes de microtráfico han demostrado ser difíciles de desmantelar, como se ha demostrado recientemente en Colombia. Como se señaló en el informe del GDA, el gran número de puntos de venta hace que sea difícil identificarlos a todos y también tienen una tendencia a brotar en otros lugares. Entretanto, el combate a los traficantes callejeros hace poco para abordar las raíces del problema.