Los expertos afirman que la migración ilegal genera miles de millones de dólares a los grupos criminales de Latinoamérica, y esas ganancias podrían crecer como resultado del endurecimiento de las políticas de inmigración en Estados Unidos.
El tráfico de personas de Latinoamérica a Estados Unidos representa cerca de US$7 mil millones en ingresos para los grupos del crimen organizado en la región, dijo a Crónica Felipe de la Torre, funcionario de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
La cifra se calculó tomando en cuenta los flujos migratorios a lo largo de la frontera estadounidense, así como las tarifas que cobran los llamados "coyotes" o "polleros", traficantes que ayudan a la gente a desplazarse para ingresar a Estados Unidos sin autorización.
Se estima que el 57 por ciento de migrantes mexicanos indocumentados repatriados por autoridades estadounidenses había contado con traficantes para su ingreso a Estados Unidos, según la ONUDD. En el caso de los migrantes de otros países centroamericanos, la cifra es más alta: llega al 70 por ciento.
Pero los coyotes son solo uno de varios actores a quienes los migrantes deben pagar para cruzar la frontera. Por ejemplo, un informe del International Crisis Group halló que algunos contrabandistas han sido subyugados por grupos locales del crimen organizado. Los coyotes y sus clientes deben pagar hasta US$1.000 en cuotas de protección a estas redes criminales; quienes no pagan son secuestrados.
Además, una organización mexicana sin ánimo de lucro citada en el estudio afirma que el 20 por ciento de los 31.000 migrantes encuestados denunciaron "crímenes a manos de las autoridades, incluyendo robo, extorsión, golpizas y detenciones ilegales".
Uno de los pilares de la campaña del ahora presidente estadounidense Donald Trump era intensificar la lucha contra el crimen en Estados Unidos aumentando la deportación de migrantes indocumentados, y construyendo un muro a lo largo de la frontera con México.
Durante los primeros tres meses de la presidencia de Trump, hubo un incremento en las detenciones relacionadas con inmigración en comparación con el mismo periodo de 2016. La promesa de la administración de adoptar una estrategia más dura hacia la migración indocumentada ha generado debates sobre la efectividad de controles fronterizos más estrictos.
Análisis de InSight Crime
El endurecimiento de las políticas de inmigración defendidas por la administración Trump pueden reforzar las redes criminales que pretenden sacar provecho de los grandes números de migrantes indocumentados que intentan ingresar a Estados Unidos.
Está comprobado que por años los grupos criminales en México han secuestrado y extorsionado a los migrantes en tránsito por la frontera estadounidense. Y el número de migrantes centroamericanos arrestados y deportados por las autoridades mexicanas ya mostraba aumento antes de la posesión del presidente Trump.
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La promesa del presidente Trump de intensificar la guerra contra los migrantes indocumentados y de construir un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México puede exacerbar estas tendencias, empujando a más migrantes a manos de grupos del crimen organizado que actúan en México y por ende generando mayores ingresos para las redes criminales que buscan beneficiarse de la trata y el tráfico ilegal de personas.
"Mientras se implementen medidas más duras y hostiles en las fronteras, más peligrosas se vuelven las rutas y más dinero deben pagar los migrantes por los cruces", comentó De la Torre a Crónica, y añadió que los ingresos por US$7 mil millones que estima la ONUDD para los grupos del crimen organizado pueden no ser más que una cifra conservadora.