Una milicia liderada por el destituido líder de las autodefensas José Manuel Mireles, se ha tomado un pueblo cercano al puerto de Lázaro Cárdenas en Michoacán, a medida que las divisiones en el movimiento de autodefensas amenazan con descarrilar los esfuerzos de legitimar los grupos y con crear un nuevo ciclo de caos en el estado al suroeste del país.
El 26 de junio, alrededor de 300 autodefensas armados liderados por José Manuel Mireles –anterior vocero del Concejo General de Autodefensas y Comunitarios de Michoacán- se tomaron el poblado de La Mira, ubicado a una hora Lázaro Cárdenas, informó El Diario.
En el grupo no había ningún miembro de la recien institucionalizada “Fuerza Rural Estatal”. Mireles dijo a El Diario que había decidido avanzar porque “el gobierno no actúa mientras Michoacán sigue en llamas”.
Mireles también afirmó que el gobierno federal sólo había creado la Fuerza Rural Estatal en dos municipios, y que 34 todavía estaban bajo la protección de los grupos de autodefensa.
Según Proceso, Mireles dijo que el objetivo del grupo era establecer un concejo ciudadano de autodefensa en La Mira, y luego moverse a Lázaro Cárdenas y a la ciudad de Morelia. Uno de los líderes del grupo dijo que habían ido a La Mira a solicitud de los ciudadanos locales, y que no habían encontrado resistencia por parte de las fuerzas de seguridad o de grupos criminales en su camino hacia el pueblo.
Análisis de InSight Crime
Los movimientos para legalizar las fuerzas de autodefensa de Michoacán, que originalmente se crearon en el estado para combatir al cartel de los Caballeros Templarios, han exacerbado las tensiones en el liderazgo del movimiento, debido a la creación de una clara línea divisoria entre quienes participan en los nuevos cuerpos de Fuerza Rural Estatal, y quienes se quedaron por fuera de ellos.
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Mireles ha estado en el centro de gran parte de la controversia tras haber sido destituido de su cargo como portavoz del consejo de líderes de la milicia, con sus rivales afirmando que tenía un estado mental inestable. El hecho de que ahora Mireles lidere una gran fuerza armada que implementa acciones ofensivas, es una declaración anticipada de que no tiene planeado dar marcha atrás ni ceder el movimiento al liderazgo que se ha unido a las fuerzas del Estado. También es una declaración de que ahora él representa una amenaza importante frente a los planes de legalización.
La elección de La Mira es significativa. Un día antes de la fecha límite de la legalización, 155 personas fueron detenidas y acusadas de ser "falsas" autodefensas -122 de ellas en La Mira- en lo que probablemente fue un intento de poner fin a las actividades de las milicias que no formaban parte del proceso de legalización. Según Proceso, Mireles declaró que los detenidos son "civiles inocentes", y está trabajando por su liberación.
Aún más preocupantes son sus planes de dirigirse a Lázaro Cárdenas -un puerto estratégico que fue un antiguo bastión de los Caballeros Templarios y un territorio clave para el control de las actividades criminales en Michoacán.
El comisionado de seguridad de Michoacán lanzó oficialmente a los cuerpos de Fuerza Rural Estatal en mayo, pero sólo unos 3.000 de casi 20.000 autodefensas solicitaron ser parte de la fuerza antes de la fecha límite de inscripción, lo que significa que siguen siendo altas las posibilidades de que otras milicias rebeldes continuen operando.