Las autoridades de Perú investigan a miembros retirados de las fuerzas armadas por utilizar instalaciones militares como la base para una red de tráfico de cocaína, una sorprendente muestra de corrupción dentro de una institución que ha sido encargada de liderar la lucha contra el narcotráfico.
Las autoridades han acusado a un capitán retirado del ejército y a un excadete de haber usado el hotel en el distrito Jesús María, de Lima, para almacenar las drogas ilegales de una red de tráfico que ellos dirigían, informó Perú21. El hotel es un espacio reservado para personal militar en servicio y retirado.
Según los informes, la investigación sobre la red de tráfico comenzó en junio de 2016, después de que un sospechoso que fue arrestado con casi 40 kilogramos de cocaína admitió que la droga provenía de las instalaciones.
Según América TV, la Fiscalía dijo que el dueño del cargamento de drogas era el capitán retirado del ejército Paul Alexander Bobadilla Retamal. El excapitán supuestamente iba a alquilar una habitación para almacenar las drogas allí.
De los siete sospechosos de la red, hasta el momento cinco han sido detenidos. Bobadilla, el presunto jefe de los traficantes, fue detenido en el aeropuerto El Dorado en la ciudad de Bogotá, Colombia, cuando intentaba huir. Según El Comercio, se espera que sea extraditado a Perú.
Análisis de InSight Crime
Aunque al parecer la red desmantelada traficaba sólo pequeñas cantidades de cocaína, estos arrestos son importantes por lo que sugieren acerca de una cultura de la corrupción al interior del ejército peruano. Si un exoficial de alto rango almacenaba cocaína cómodamente en instalaciones militares, no sería exagerado suponer que el personal activo podría estar involucrado en esquemas de corrupción mucho mayores.
De hecho, un informe de la Associated Press en 2015 señala que cada día un promedio de cuatro vuelos cargados de drogas salen de la principal región productora de coca del Perú, conocida como el VRAEM, que supuestamente está siendo vigilada por el ejército. Las autoridades estadounidenses y peruanas señalaron a la corrupción como la causa principal de las operaciones de tráfico de drogas en la región, aparentemente sin control. Tener a los militares en el control de los esfuerzos de interdicción de drogas en la región es "como poner cuatro perros callejeros a vigilar un plato de bistec", le dijo un general retirado del ejército a la AP.
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En el año 2015, Perú levantó temporalmente un estado de emergencia que había permanecido vigente por muchos años en el VRAEM, pero lo volvió a implementar en octubre de 2016. Esta medida pone una vez más al ejército al frente de la lucha contra el narcotráfico en la región.