En una medida sorpresa, renunció el ministro de justicia de Brasil José Eduardo Cardozo, agitando la controversia en torno al escándalo de corrupción en Petrobras que ha sacudido a las élites políticas y económicas del país.
El 29 de febrero, el gobierno de Brasil anunció que Cardozo dimitiría de su actual cargo para asumir la posición de fiscal general, informó The Wall Street Journal.
Cardozo, quien llegó al despacho del Ministerio de Justicia en 2011, está afiliado al partido de gobierno de Brasil, Partido dos Trabalhadores (PT) y es aliado cercano de la actual presidenta del país Dilma Rousseff.
Según Bloomberg, Wellington César Lima e Silva, el fiscal jefe asumirá el cargo que ostentaba Cardozo.
También el 29 de febrero, se hizo pública una carta a la Corte Suprema de Brasil en la que fiscales federales solicitaban que se investigaran las finanzas del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, también del PT, según Reuters.
La acción se dio en medio de revelaciones de que Lula sería dueño de una cabaña en la playa y de haciendas en São Paulo, y que recibía favores de las constructoras implicadas en el actual escándalo por corrupción en la petrolera estatal Petróleo Brasileiro S.A (Petrobras).
Lula da Silva niega poseer tales propiedades, que supuestamente fueron remodeladas por el Grupo OAS y Odebrecht S.A., dos firmas cuyos ejecutivos enfrentan acusaciones por corrupción y lavado de dinero, según se deriva de las investigaciones a Petrobras.
Análisis de InSight Crime
La renuncia de Cardozo puede ser una señal de la intranquilidad cada vez mayor entre las cabezas del Partido de los Trabajadores por la investigación de sobornos y coimas en Petrobras, que se ha llamado "Operación Lavado de Autos", que ya ha implicado a buena parte de la élite política y económica de Brasil. Cardozo fue blanco de intensas críticas de altos dirigentes del partido por el manejo que le dio a la Operación Lavado de Autos. En particular, su nuevo cargo como fiscal general no implica la supervisión de investigaciones penales.
"Miembros influyentes del PT, dirigido por Lula, han criticado abiertamente el manejo que dio Cardozo a la investigación Lava Jato", señaló el analista Daniel Caplin, de la firma consultora S-RM, usando el nombre en portugués de la Operación Lavado de Autos. Ellos "responsabilizaron a Cardozo de no haber controlado a la Policía Federal, y de darles carta blanca para investigar al núcleo del PT".
La semana pasada, las autoridades arrestaron a João Santana, estratega principal de Rousseff y Lula da Silva, por la supuesta aceptación de US$7,5 millones de un soborno. El escándalo de Petrobras también ha cruzado las fronteras internacionales, cuando salió a la superficie evidencia de que el presidente peruano Ollanta Humala habría recibido coimas de Odebrecht S.A. por contratos de obras públicas.
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Ahora, parece que los fiscales buscan cercar a Lula da Silva, quien anteriormente logró evitar cualquier implicación directa en la caída de Petrobras.
Caplin dijo a InSight Crime que un "factor clave" para entender el cambio en el Ministerio de Justicia es la proximidad de las investigaciones a Lula. El reemplazo de Cardozo, Wellington César, se considera aliado de Lula, puntualizó Caplin.
Aun así, esto puede no ser suficiente para ofrecer mucha protección a Lula en las investigaciones. Cardozo ha afirmado que no tiene autoridad para interferir en las investigaciones de la Policía Federal sin evidencia de que la policía ha violado los derechos de una persona. Y, a pesar de estar subordinada al Ministerio de Justicia, la Policía Federal goza de gran independencia.
Sin embargo, en respuesta al cambio en el ministerio, elementos de la Policía Federal expresaron preocupaciones por la interferencia de "presiones políticas" con su labor.