El ministro del interior en Perú criticó los esfuerzos de seguridad pública del país y dijo que el 90 por ciento de los peruanos se sienten inseguros, una señal de pérdida de fe del público hacia la capacidad del estado de proteger a sus ciudadanos de la violencia criminal.
En un discurso ante el congreso el 22 de agosto, el ministro Carlos Basombrío declaró que el problema de seguridad del país tenía sus raíces en la débil respuesta del estado ante el crimen violento, y añadió que durante años Perú ha padecido las más altas tasas de victimización de Latinoamérica, informó de El Comercio.
"Se estima entre 200 y 400 toneladas la cantidad de cocaína que se produce en el Perú [...] Sin embargo, lo que se recupera son 10 toneladas al año", aseguró el ministro.
El testimonio de Basombrío se dio a propósito de un anuncio de los responsables de una investigación a un grupo de agentes de policía acusados de dirigir ejecuciones extrajudiciales afirmando que las víctimas habían sido dadas de baja en enfrentamientos, todo con el fin de obtener distinciones y ascensos.
El 22 de agosto, el viceministro de orden interno Ismael Vargas Céspedes reveló los hallazgos de un grupo de trabajo de investigadores que confirmó que por lo menos 9 policías, incluyendo dos oficiales de mayor rango, estaban implicados en ejecuciones de 20 civiles por lo menos.
Análisis de InSight Crime
La percepción pública de inseguridad de los peruanos es por lo general muy alta en comparación con otros países suramericanos, pero no es claro de dónde salió la estadística de 90 por ciento dada por Basombrío. En 2014, la encuesta del Proyecto de Opinión Pública Latinoamericana de la Universidad de Vanderbilt (LAPOP por sus iniciales en inglés) arrojó que el 56,6 por ciento de los peruanos decían sentirse inseguros.
La tasa anual de homicidios en Perú de 7 por 100.000 habitantes es relativamente baja para la región, pese al rol del país como segundo mayor productor de hoja de coca en Suramérica y uno de los mayores productores de cocaína. Hay otros 16 países en Latinoamérica y el Caribe con tasas de homicidios más altas que Perú.
Otros tipos de delitos supuestamente tienen mayor impacto. Los índices de secuestros en Perú fueron los mayores de Latinoamérica, con 2,3 por 100.000 personas en 2014, según la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (UNODC por sus iniciales en inglés).
La producción de cocaína y la minería ilegal de oro son actividades importantes en Perú. El valor de la minería aurífera ilegal se estima en US$2.600 millones en exportaciones, según un informe de la Iniciativa Global contra el Crimen Transnacional Organizado (pdf).
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El país también ha visto un incremento en linchamientos a sospechosos de delitos. Cada vez más los peruanos se están tomando la justicia en sus manos a causa de la percepción de inseguridad y abandono del estado. El movimiento vigilante ha encontrado un apoyo generalizado entre la población, que incluso dio lugar a un movimiento en las redes sociales llamado #ChapaTuChoro.
Mientras las instituciones gubernamentales parezcan incapaces de ponerle coto al crimen organizado o incluso sean cómplices de actos criminales, la discrepancia entre el gobierno de Perú y sus ciudadanos seguirá creciendo.