Un informe que hace un llamado a detener la fumigación aérea de cultivos ilícitos en Colombia presenta datos convincentes que apoyan su posición, pero la realidad política del país hace que sea poco probable que esta reforma vaya a suceder pronto.
En un informe publicado el 7 de octubre, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) pidió a Estados Unidos y a las autoridades colombianas abandonar su tradicional política de erradicar la coca a través de fumigaciones aéreas; un aspecto central de los esfuerzos antinarcóticos en Colombia.
El programa, que se convirtió en un elemento clave del Plan Colombia apoyado por Estados Unidos, ha estado en vigor desde 1994. Un avión rocía un poderoso herbicida sobre las regiones productoras de coca del país, que cubren alrededor de 100.000 hectáreas de tierra cada año, según el informe.
Actualmente, Colombia es el único país que utiliza la fumigación aérea; la cual, según funcionarios, es necesaria debido a la amenaza que representan los grupos armados.
No obstante, el costoso programa parece ser menos eficaz de lo que afirman sus partidarios. El aumento de la fumigación rara vez se correlaciona con una disminución en la producción de coca -de hecho, el cultivo de coca en Colombia comenzó a disminuir después de 2007, pese a que los esfuerzos de fumigación aérea también se redujeron-. Adicionalmente, los cultivos legales a menudo mueren también, arruinando el sustento de los pequeños agricultores.
El informe señala a las actuales conversaciones de paz entre el gobierno colombiano y el grupo guerrillero más grande del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), como una oportunidad potencial para introducir la idea de poner fin a la erradicación aérea.
Análisis de InSight Crime
Aunque el informe de WOLA presenta un fuerte argumento a favor del fin de la fumigación, la realidad de la situación política de Colombia ofrece pocas esperanzas de que esto pueda ocurrir en un futuro cercano.
La fumigación es muy impopular y disminuye la credibilidad del gobierno entre las comunidades campesinas afectadas, que dicen que tiene consecuencias negativas económicas, para la salud y el medio ambiente; sin embargo, sigue siendo un elemento clave de las relaciones bilaterales con Estados Unidos.
Por otra parte, el gobierno afirma que la fumigación aérea es la estrategia más segura, confirmada por los actos de violencia cometidos por grupos armados contra erradicadores manuales, hecho que explica en parte la reciente disminución de la práctica. Un informe de la policía en agosto señaló que 62 trabajadores han muerto y 387 más han sido heridos durante los esfuerzos de erradicación manual desde 2009.
La clave para poner fin a esto es llegando a un acuerdo con las FARC. Esta guerrilla vigila la mayor parte de los cultivos de coca en Colombia, los cuales protegen con minas y francotiradores, y por lo tanto siguen siendo el mayor obstáculo para los intentos de erradicación manual.