La captura de uno de los criminales más buscados en el departamento de Antioquia ha vuelto a poner en evidencia el poder que ostenta una de las bandas criminales que controlan la región del Valle de Aburrá en Colombia.
Luis Rodrigo Rodríguez, alias “El Montañero”, máximo jefe de la banda “El Mesa” fue capturado por la Policía Nacional el 26 de octubre en una finca de descanso en el municipio de Aranzazu, en el departamento de Caldas al noroccidente de Colombia.
Rodríguez tenía una orden de captura solicitada por la Dirección de Fiscalías contra el Crimen Organizado por los delitos de concierto para delinquir agravado, extorsión y narcotráfico. También se le acusa de homicidio y desplazamiento forzado.
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El presidente Iván Duque anunció la captura por medio de su cuenta de Twitter, y aseguró que su detención representa un golpe contundente contra los grupos criminales que controlan principalmente el municipio de Bello, en Antioquia.
Sin embargo, esta no es la primera vez que El Montañero es detenido por las autoridades en Colombia.
Según el diario El Colombiano, este personaje ha pasado por la cárcel en otras tres ocasiones. Primero en 1998 por tentativa de homicidio, luego en 2001 tras haberse fugado de la cárcel y finalmente en 2003 por el robo de un camión de valores en la ciudad de Bogotá. En esta última ocasión fue condenado a 26 años de prisión, pero aun no es claro como recupero la libertad solo nueve años después para continuar delinquiendo desde el 2013.
Análisis de InSight Crime
Con la captura de El Montañero queda en evidencia la trayectoria y alcance de El Mesa, una de las bandas criminales tradicionales del Valle de Aburra que con su poder y alianzas criminales ha logrado afianzarse en el territorio y controlar diversas economías ilegales.
El Mesa nació hace más de tres décadas en el municipio de Bello, en Antioquia específicamente en los barrios Mesa, Andalucía y Prado donde se concentraron inicialmente sus operaciones. Se fortaleció al igual que otras estructuras ligadas a la Oficina de Envigado durante la década de 1990 por medio del narcotráfico.
En la última década han pasado de controlar pequeñas rentas criminales en la comuna que los vio nacer, a convertirse en una organización independientes que funciona como una empresa criminal y que en alianza con otros grupos coordina la distribución de droga, la repartición de plazas de microtráfico y el cobro de extorsiones.
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Según El Colombiano, la banda mantiene alianzas con otros grupos que operan en la región como “la Oficina”, “el Tapón”, “los Chatas”, “Niquía Camacol”, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombias (Ex-FARC mafia), lo que le ha permitido expandir sus tentáculos hacia el Nordeste y Norte de Antioquia e incluso a las ciudades de Tunja y Bogotá.
Se cree que el crecimiento de esta banda en la última década se dio en parte porque por mucho tiempo las autoridades consideraron a esta estructura como un grupo pequeño y de poco alcance, por lo que nunca se realizó un operativo estructural contra El Mesa y esto le permitió expandirse de manera sigilosa en distintas ciudades.
Otra razón detrás de su expansión tiene que ver con la capacidad que ha tenido esta banda para permear las instituciones encargadas de perseguirla. El ejemplo más claro es la forma en que El Montañero logró por años a través de aliados en la Registraduría Nacional y la Fiscalía, borrar su verdadera identidad de los registros nacionales y obtener identificaciones falsa con tres nombres diferentes para despistar a las autoridades.
Actualmente se cree que El Mesa habría pactado una tregua con otras bandas que operan en el municipio de Bello como “Los Pachelly” y “Niquia Camacol”, para disminuir la violencia que una disputa entre bandas dejo en Bello desde enero de 2019. Todo esto con el fin de disminuir los homicidios en la zona y de esta forma no seguir llamando la atención de las autoridades sobre sus actividades criminales.
Sin embargo, existe la posibilidad de que esta frágil paz se rompa si la salida de El Montañero genera una confrontación al interior de El Mesa por el liderazgo de la organización.