Los recientes homicidios de policías, así como los informes sobre el plan de una pandilla de El Salvador para asesinar miembros de las fuerzas policiales, indican que la situación de seguridad del país degeneró en un conflicto de baja intensidad entre los grupos criminales y el personal de seguridad.
En lo que va de abril, tres policías han sido asesinados en el departamento de La Libertad, al sureste de El Salvador, y otro más murió en el vecino departamento de La Paz. La policía cree que las muertes son parte de un plan criminal de los miembros de la pandilla callejera Mara Salvatrucha (MS13) en La Libertad, informó La Prensa Gráfica.
Con base en datos obtenidos de informantes al interior de la MS13, funcionarios de inteligencia de la policía indicaron que los líderes de esta pandilla en La Libertad ordenaron a cada unidad o “clica” en el departamento asesinar a dos agentes de policía. Los pandilleros tienen información sobre el lugar de residencia de los policías dentro de su territorio y monitorean sus movimientos clandestinamente, según un informe de inteligencia de la policía obtenido por La Prensa Gráfica. Los líderes de la MS13 en la zona han dado prioridad a matar al personal de las unidades especializadas y tácticas de la policía, pero en caso de que ningún policía resida en el área de una clica en particular, los pandilleros deberán tomar como objetivo a fiscales, jueces y otros funcionarios judiciales, según el informe.
Por otra parte, el 6 de abril se publicó un video en Internet (ver más abajo) en el que un hombre vestido como policía incita a sus colegas a defenderse de las pandillas. “Es hora de tomar la justicia por las manos. Ojo por ojo y diente por diente”, dice el video. El hombre también invita a los agentes de la policía a matar a diez pandilleros por cada miembro de la policía o el ejército asesinado por los grupos delictivos.
Análisis de InSight Crime
El supuesto plan de la MS13 para asesinar policías de La Libertad indica que la situación de seguridad en El Salvador ha desmejorado, y de los desafíos que tradicionalmente debían enfrentar las fuerzas del orden ha pasado a convertirse en una situación en la que la policía se encuentra atrapada en una guerra de baja intensidad con actores criminales fuertemente armados.
Si bien es preocupante que este año la violencia ha aumentado en El Salvador, la naturaleza de “ojo por ojo” de estos homicidios policiales recientes y la retórica de ambas partes del conflicto es lo que llama particularmente la atención. El plan criminal se inició supuestamente como respuesta a la muerte de ocho miembros de la pandilla durante un enfrentamiento con la policía de La Libertad el 26 de marzo. Según el informe de inteligencia de la policía, los líderes de la MS13 en La Libertad están buscando demostrarle a la policía que no pueden matar a los pandilleros sin que haya represalias.
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Aunque la policía nacional se comprometió a investigar el video creado por el presunto agente de la policía, el lenguaje utilizado por los altos mandos de la institución tampoco ha sido precisamente mesurado. En enero, después de que siete policías fueron asesinados en un lapso de tres semanas, el director de la policía, Mauricio Ramírez Landaverde, dijo que la policía debe usar sus armas contra los criminales “con toda la confianza”.
Las pandillas afirman que anteriormente han sido víctimas de ejecuciones extrajudiciales, y algunos de sus líderes han asegurado que las fuerzas de seguridad participan en escuadrones de la muerte paramilitares.
Este escalamiento de los homicidios, que no hace más que aumentar los temores que sin duda experimentan tanto los pandilleros como los agentes de policía, impide ver en el horizonte una estrategia de salida al actual conflicto en El Salvador.