La muerte de uno de los más importantes barones de las esmeraldas de Colombia representa el fin de una era de paz relativa, y podría marcar el comienzo de otra "Guerra Verde" con el enfrentamiento de los clanes rivales por el control de las más productivas minas de esmeraldas del país.
El 11 de septiembre, Luis Murcia Chaparro conocido como "El Pekinés", fue asesinado en una finca ubicada en el departamento colombiano de Cundinamarca, informó El Espectador. Según los informes, el barón de las esmeraldas estaba durmiendo cuando hombres armados llegaron al recinto en el que se encontraba en una motocicleta. Los agresores lo persiguieron mientras Murcia trataba de huir y le dispararon seis veces.
Según El Tiempo, Murcia presuntamente había viajado a la finca para revisar el estado de sus gallos de pelea y contaba con una protección mínima en el momento del ataque, a pesar de que Murcia y otros 14 empresarios de las esmeraldas ya habían informado a las autoridades sobre un intento de asesinato en su contra a principios de la semana. Los empresarios habían señalado a la Fiscalía que habían sido amenazados, y pidieron la intervención del gobierno y de la Iglesia Católica, con el fin de prevenir el estallido de otro conflicto entre los barones de las esmeraldas rivales.
Análisis de InSight Crime
A partir de los años sesenta, varias familias -con la ayuda de ejércitos privados- se han enfrentado en un sangriento conflicto por el control de la región esmeraldera de Colombia, ubicada en el departamento de Boyacá, al norte de Bogotá, la capital del país. Miles de personas fueron asesinadas antes de que la Iglesia ayudara a negociar un acuerdo de paz en 1990. Murcia fue clave en la negociación de este acuerdo que puso fin a la llamada "Guerra Verde".
El asesinato de Murcia marca el fin de la vieja guardia que continuaba defendiendo el acuerdo de paz de 1990, y su muerte ha provocado especulaciones acerca del resurgimiento de una Guerra Verde. Murcia es el sexto integrante de la industria de las esmeraldas en ser asesinado desde que “El Zar de las Esmeraldas” Víctor Carranza, murió en abril de 2013. Carranza, una infame figura del hampa de Colombia, llegó a ser el hombre más poderoso en el comercio de esmeraldas y jugó un papel decisivo en la negociación de la tregua de 1990.
Ahora, los esmeralderos restantes parecen estar agrupándose en dos grupos rivales: uno liderado por los antiguos colaboradores más cercanos de Carranza, y el otro encabezado por Pedro Rincón Castillo, conocido como "Pedro Orejas". Rincón fue víctima de un atentado en noviembre de 2013, por el cual culpó a Murcia, quien negó cualquier implicación en el incidente, pero señaló a El Tiempo que temía por su seguridad, debido a que Rincón quería matarlo.
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La situación en la región se complica por la posible implicación del grupo criminal más poderoso de Colombia, los Urabeños. El hermano de Murcia fue detenido a principios de este año, acusado de tratar de forjar una alianza con los Urabeños para derrotar a Rincón y tomarse el control de la región esmeraldera del país. Según la policía de investigaciones de Colombia, el exjefe paramilitar y actual operario de los Urabeños, Yonny Cano Linares, era el encargado de conducir la ofensiva urabeña en la región, con el objetivo de que el grupo criminal pudiera tomarse el control de las rutas de tráfico de drogas hacia los Llanos Orientales y el de la minería de esmeraldas.