La historia de un narcotraficante colombiano que después de una extensa trayectoria criminal desapareció de los radares de las autoridades ilustra cómo algunos de los jefes más importantes del hampa pueden continuar operando sin ser detectados.
Según una investigación realizada por el portal de noticias Pacifista, Guillermo Camacho Acevedo, alias “Memo Fantasma”, es un importante narcotraficante que orquestó su desaparición para proteger los intereses de los líderes paramilitares, y es posible que siga operando en la actualidad.
Pacifista informó que Camacho comenzó su carrera en el narcotráfico como el enviado de una facción del Cartel de Medellín (la organización de Pablo Escobar) que manejaba la distribución al por mayor de cargamentos de cocaína en Nueva York. Cuando Escobar acusó de traición a los jefes de Camacho y los asesinó en 1992, éste se quedó con el último cargamento de cocaína que habían enviado, lo vendió y utilizó las ganancias para posicionarse como un operador independiente.
Camacho regresó a Colombia en 1996, donde forjó una alianza con una coalición paramilitar de derecha conocida como las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Según fuentes de Pacifista, trabajó con las AUC para expulsar a la guerrilla de zonas clave en la producción de drogas. Eventualmente Camacho se convertiría en una importante figura de la poderosa facción paramilitar Bloque Central Bolívar y ayudó a que se transformara en una de las unidades paramilitares más involucradas en el tráfico de drogas.
Pacifista recapitula la participación de Camacho en el primer proceso de desmovilización entre los líderes de las AUC y el gobierno colombiano. Sin embargo, en 2004 comenzaron a desaparecer todos los rastros de su participación en el proceso.
Según Pacifista, Camacho abandonó el proceso de paz para proteger secretamente los bienes y redes de tráfico de drogas de los líderes de las AUC, quienes habían acordado entregar sus ganancias ilícitas y desmantelar sus organizaciones como parte del acuerdo de paz.
Se cree que desde entonces Camacho pasó a ser el jefe de finanzas de Los Rastrojos, uno de los principales grupos criminales que surgieron tras la desmovilización de las AUC. Según fuentes de Pacifista, este cargo lo sigue ocupando en la actualidad.
Análisis de InSight Crime
La extraña historia de Memo Fantasma ilustra cómo la fallida desmovilización de las AUC permitió el surgimiento de una nueva generación de grupos narcoparamilitares —un hecho que podría tener serias implicaciones en las dinámicas actuales del hampa de Colombia—.
El fracaso en el desmantelamiento de las redes de tráfico de drogas establecidas por las AUC creó una nueva generación de grupos criminales como Los Rastrojos. Desde sus inicios, estos grupos fueron controlados por antiguos paramilitares que no se desmovilizaron o que retomaron las armas.
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Los Rastrojos surgieron como la más poderosa de dichas redes, llenando gran parte del vacío de poder dejado por el Bloque Central Bolívar. Si bien Los Rastrojos sufrieron un dramático declive a raíz de la rendición o captura de sus principales líderes, todavía hay algunas facciones locales que siguen activas. Su sobrevivencia podría estar relacionada con el apoyo de narcotraficantes como Camacho.
Sin embargo, es muy posible que Camacho no sea el único “narcofantasma” que opera desde las sombras. Se cree que algunos sectores clave del hampa de Colombia son comandados por una red denominada “los invisibles”, narcotraficantes de vieja data que han conseguido evadir la atención de las autoridades.