El tráfico de drogas por el Caribe se duplicó en el primer semestre de 2013 en comparación con el año pasado, según la DEA, a medida que los narcotraficantes regresan a la región para escapar del aumento de la presión policial sobre las rutas de Centroamérica.
Según la DEA, durante el primer semestre de este año, el 14 por ciento de la cocaína destinada a Estados Unidos fue traficada a través del Caribe, en comparación con el siete por ciento registrado en el mismo periodo en 2012. Vito S. Guarino, jefe de la división del Caribe de la DEA, dijo que es probable que la tendencia continúe en los próximos años, informó el Miami Herald.
Puerto Rico, en particular, según la DEA, está siendo cada vez más importante para los narcotraficantes debido a la falta de controles aduaneros en el camino hacia Estados Unidos. Esto fue evidenciado a principios de este mes, cuando el FBI desmanteló una importante organización narcotraficante con base en la isla, a la cual calificó como la "más poderosa organización" narcotraficante del Caribe en los últimos 20 años.
Análisis de InSight Crime
Estas recientes cifras de la DEA reiteran un mensaje que han estado enviando los funcionarios estadounidenses desde el año pasado. En abril de este año, William Brownfield, del Departamento de Estado, declaró que se estaba dando un renacimiento de las rutas del narcotráfico del Caribe a medida que los narcotraficantes buscan evitar caer víctimas de los esfuerzos de la fuerza pública en Centroamérica.
Estados Unidos ha estado canalizando fondos y asistencia a los esfuerzos antinarcóticos en la región desde hace varios años, y las iniciativas recientes, como los US$200 millones aportados por la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC) de 2010, han impulsado las operaciones a largo plazo, tales como los esfuerzos de interdicción de drogas de la Operación Bahamas, Turcos y Caicos (OPBAT, por sus siglas en inglés).
Algunas de estas operaciones han registrado éxitos notables. La mejora de las instalaciones para el monitoreo del tráfico aéreo, como el nuevo sistema de radar introducido en Puerto Rico en enero, han sido particularmente eficaces en la reducción de narcovuelos en la región. No obstante, las rutas marítimas siguen siendo un problema grave. La combinación de la falta de recursos estatales y las extensas líneas costeras, hacen que sea difícil monitorear las lanchas rápidas y los submarinos usados por los narcotraficantes para el transporte de sus productos hacia las islas caribeñas.