Según el principal agente antinarcóticos de Bolivia, los grupos criminales han desarrollado nuevas rutas para el tráfico de drogas por el país, lo cual, junto con la publicación de nuevas estadísticas sobre incautaciones de droga, ha puesto de relieve el creciente papel de Bolivia como una plataforma para el tráfico de drogas en Suramérica.
Según el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) Santiago Delgadillo, la unidad casi triplicó sus incautaciones de marihuana entre 2013 y 2014. Durante la primera mitad de 2015, la FELCN confiscó 24 "narcoaviones" —aeronaves ligeras generalmente usadas para transportar cocaína— mientras que durante todo 2014 se confiscaron 27.
Aunque Delgadillo atribuyó la mejora en las cifras a una mayor capacidad para hacer cumplir la ley, también resaltó el creciente papel de Bolivia como un punto importante de tránsito para los traficantes de drogas suramericanos. "Bolivia prácticamente es un país de tránsito, los accesos son fáciles y por eso transitan con libertad", afirmó el funcionario antinarcóticos.
Según Delgadillo, la mayor parte de la marihuana que pasa por Bolivia es cultivada en Paraguay, y añadió que en ocasiones la droga pasa por la ciudad de Tarija, al sur de Bolivia, antes de ser enviada a sus destinos finales en Chile y Argentina.
Así mismo, según Delgadillo, los traficantes de drogas han incrementado la cantidad de narcovuelos que salen de Argentina y Paraguay y aterrizan en pistas clandestinas en el oriente y noreste de Bolivia. También señaló que, a pesar de los esfuerzos para interceptarlos, casi todas las semanas pasan narcovuelos por las fronteras de Bolivia con Argentina y Paraguay.
El funcionario añadió que los cargamentos de drogas transportados en estos vuelos son llevados con frecuencia a Chile y de ahí a la Unión Europea y a Estados Unidos. Bolivia arrestó a 1.875 personas por supresunta relación con el tráfico de drogas durante la primera mitad de 2015. Muchas de ellas provenientes provienen de países vecinos como Colombia, Brasil y Perú, señaló Delgadillo.
Análisis de InSight Crime
Como InSight Crime documentó anteriormente, Bolivia se está convirtiendo en un país clave para el tráfico de drogas en Suramérica y es utilizado por las organizaciones criminales transnacionales como punto de parada antes de transportar la cocaína a Brasil, Argentina o Europa.
Los comentarios de Delgadillo también sugieren que los narcotraficantes estarían cambiando sus rutas y ahora usan a Chile como punto de salida para los mercados internacionales.
VEA TAMBIÉN: El desafío de Evo: Bolivia, el epicentro de la droga
Lo que esto podría implicar para Chile aún está por verse; el país es considerado uno de los más seguros y estables de Suramérica. Sin embargo, es probable que un incremento en el tráfico internacional de drogas genere un incremento en la violencia relacionada con éste.
La evidencia sugiere que, —además de la cocaína procesada cerca de la frontera con Bolivia—, la droga también está entrando al país por la región peruana del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM). Cabe resaltar que Delgadillo señaló durante la rueda de prensa que el tráfico aéreo de droga entre Perú y Bolivia ya no era tan significativo como en el pasado. Si bien tanto Perú como Bolivia han realizado esfuerzos para enfrentar el tráfico aéreo de cocaína, los gobiernos de ambos países deben presentar mayores evidencias de que el tráfico entre el VRAEM y Bolivia ha disminuido antes de que esta afirmación sea creíble.