El Gobierno de Colombia ha rechazado el nombramiento de un importante comandante del ELN como delegado para las conversaciones de paz y ha ordenado su captura, una medida que podría poner fin a las negociaciones con el grupo guerrillero, que ha estado incrementando sus actividades criminales.
El 20 de noviembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia anunció que había pedido, en nombre de la administración del presidente Iván Duque, que el gobierno cubano acatara una alerta roja de Interpol y capture a Nicolás Rodríguez Bautista, alias "Gabino", comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
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Esto ocurrió después de que el ELN —el último grupo guerrillero que queda en Colombia— anunciara la designación de Gabino como negociador de paz en La Habana, Cuba. El anuncio se hizo por medio de una carta de Pablo Beltrán, jefe del equipo de negociaciones de paz del ELN, dirigida al alto comisionado para la paz, Miguel Ceballos.
Gabino se vinculó al ELN en su juventud y durante décadas ha hecho parte del Comando Central del grupo guerrillero. El futuro de las conversaciones de paz es cada vez más incierto, en parte debido a los continuos ataques y secuestros del ELN. El grupo ha redoblado sus actividades delictivas y se ha expandido a la vecina Venezuela y por toda Colombia.
Análisis de InSight Crime
La negativa del Gobierno colombiano a que Gabino participe en las conversaciones de paz pone el proceso en una grave encrucijada. Gabino es muy respetado al interior del ELN, por lo que otros líderes podrían abandonar las negociaciones debido a los crecientes temores por la viabilidad de las conversaciones si él no hace parte del proceso.
Entre dichos líderes se encuentran el comandante Gustavo Aníbal Giraldo, alias "Pablito", líder del poderoso Frente de Guerra Oriental, y el comandante Ogli Ángel Padilla, alias "Fabián", dirigente del Frente de Guerra Occidental del ELN en la costa Pacífica colombiana, donde el grupo controla territorios estratégicos para la producción de coca y el tráfico de cocaína.
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Dado que las negociaciones con estos dos comandantes se han estancado, el rechazo a Gabino y el posible final del proceso de paz pueden agravar aún más la amenaza que representan para el Gobierno colombiano, dado que esto le permitiría al grupo concentrarse exclusivamente en sus actividades criminales. La experiencia criminal y el poder militar del ELN le han permitido al grupo continuar atacando importantes oleoductos y enfrentando a grupos rivales como el Ejército Popular de Liberación (EPL).
Desde la retirada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), InSight Crime ha observado que el Frente de Guerra Oriental del ELN ha consolidado su presencia en 19 municipios y está buscando extenderse en otros 11. Esta capacidad militar y logística, agravada por la probable retirada de Pablito y otros miembros importantes de las conversaciones de paz, pueden fortalecer la expansión criminal del ELN.
* Este artículo fue escrito con la ayuda del Observatorio Colombiano de Crimen Organizado, de InSight Crime.