El reciente arresto de varios funcionarios por supuestas actividades de corrupción es una señal de que la recién creada fuerza especial anticorrupción en Panamá ha tenido un buen comienzo, pero también recuerda el potencial del país como refugio de organizaciones criminales.
El nuevo Grupo Interinstitucional Anticorrupción (GIA) y el Ministerio Público llevaron a cabo varias operaciones durante las últimas semanas, lo cual llevó al arresto de seis funcionarios de diversas unidades de las fuerzas de seguridad, informó La Prensa.
El GIA, conformado por miembros de la Policía Nacional, la Autoridad Nacional de Aduanas, el Servicio Nacional Aeronaval, entre otras instituciones, arrestó a un subteniente y a un capitán de la Policía Nacional durante una serie de operaciones en los últimos días. También fue arrestado el presunto líder de una organización narcotraficante, Héctor Moisés Murillo, alias “El Viejo”.
El 2 de septiembre, un comisionado de la policía fue arrestado por su supuesta vinculación con una banda narcotraficante; por otra parte, un subteniente y un político local fueron detenidos el 31 de agosto, acusados de trabajar con una red de tráfico de drogas que presuntamente recibía drogas provenientes de Colombia para después enviarlas a Estados Unidos y Europa.
Un funcionario de inteligencia retirado de la Policía Nacional le dijo a La Estrella que el personal de seguridad y los políticos suelen ser parte de las redes de narcotráfico, ya que los primeros pueden proporcionar inteligencia y seguridad, mientras que los segundos disfrutan de cierto grado de impunidad.
Análisis de InSight Crime
La ubicación de Panamá como puente natural entre Centroamérica y Suramérica, además de sus accesos al Océano Atlántico y al Océano Pacífico, lo convierten en un punto estratégico a lo largo de las rutas de droga que van desde los países productores en el sur hacia el hemisferio norte. No sorprende entonces que los grupos criminales intenten aprovechar el potencial de Panamá como país de tránsito.
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En este contexto, los recientes arrestos son una señal positiva del intento de Panamá por combatir la corrupción en sus instituciones. Pero también recuerdan que, aunque el país ha tenido relativamente poca violencia criminal en comparación con algunos de sus vecinos, Panamá no es inmune a la presencia del crimen organizado o de la corrupción que este conlleva.