El nuevo jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires admitió que la institución debe afrontar el problema de la corrupción, a pocos días de la renuncia de su predecesor en medio de un escándalo que revivió el temor de que haya actividades ilícitas en el organismo.
Fabián Perroni, nuevo jefe interino de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, aseguró al medio de noticias Clarín en una entrevista publicada el 13 de marzo que afrontaría el problema de la corrupción en la institución, si bien no ofreció muchos detalles.
Perroni lamentó que en general se hayan ignorado o usado las denuncias de corrupción y abuso entre los agentes de la "bonaerense", como se la conoce localmente, como base para retaliaciones contra el acusador.
"Hoy no pasa más. El efectivo bueno se está animando a denunciar [la corrupción]", declaró.
Sin embargo, cuando se le preguntó cuál debía ser la respuesta correcta a la corrupción, Perroni replicó, "Yo no la tengo".
El nuevo jefe de policía mencionó, sin embargo, algunas posibles medidas preventivas. Por ejemplo, defendió la idea de mejorar el adiestramiento y la remuneración del organismo para reducir la corrupción y las malas prácticas de policía, a la vez que destacó la importancia de adoptar estrategias de vigilancia orientadas a la comunidad.
Solo unos cuantos días antes, el 9 de mayo, el jefe de la bonaerense, Pablo Bressi, había sido forzado a dimitir de su cargo luego de una serie de acusaciones de implicación criminal, que llevaron a Perroni, su segundo al mando, a tomar el control.
Bressi, quien había sido director de la unidad antinarcóticos de la provincia, fue acusado por un diputado nacional de mantener relación con un narcotraficante preso.
También se le abrió una investigación de asuntos internos como parte de una indagación más amplia iniciada a raíz del descubrimiento de una pila de dinero en efectivo, que se creía procedente de coimas, en la sede de la Policía de La Plata, ciudad de la provincia de Buenos Aires.
Cuando se le preguntó por la percepción generalizada de corrupción en la bonaerense, Perroni pareció realista sobre la magnitud del problema. Estimó que la corrupción afecta a cerca de 10 por ciento de los casi 90.000 agentes empleados en el organismo; lo que equivale a reconocer que la bonaerense puede tener empleados a varios miles de agentes corruptos.
Análisis de InSight Crime
La bonaerense tiene una dudosa reputación de larga data por corrupción en todos los niveles. Y dado lo arraigada que parece estar la corrupción en el cuerpo, parece incierto que una simple purga anual en las filas logre atacar eventualmente el problema, en particular en ausencia de reformas estructurales más profundas que vayan más allá de aumentar los salarios de los agentes y mejorar su entrenamiento, como lo defendió Perroni.
El hecho de que Bressi —cuya carrera se ha visto opacada por sospechas de extorsión y encubrimiento de mala conducta policial— se las arreglara para alcanzar los escalones más altos de la institución es una indicación elocuente de la magnitud del problema.
Además, la investigación más amplia sobre el presunto dinero de coimas que se descubrió en la sede de Policía de La Plata no es un caso de corrupción pequeño. La cantidad de dinero descubierta, poco más de 150.000 pesos argentinos (alrededor de US$10.000), no es una suma récord en sí. Pero las autoridades alegaron que el dinero iba a distribuirse entre 36 receptores distintos en todos los distritos policiales de La Plata, informó La Nación.
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Aún más, un fiscal que llevaba parte de esta investigación fue atacado presuntamente por asaltantes desconocidos hasta llegar a ser secuestrado y golpeado en su misma oficina a comienzos de mayo. Como lo explicó InSight Crime, este hecho apunta los retos que enfrentan las autoridades en su intento por suprimir los elementos corruptos en la bonaerense, mientras que también pone de relieve el profundo arraigo que han cobrado las prácticas criminales.
En 2010, casi una cuarta parte de los agentes de la bonaerense habían sido sujeto de investigación o habían enfrentado procesos por mala conducta que iban desde corrupción hasta abuso de fuerza, informó La Nación. La institución ha sido blanco en repetidas ocasiones de purgas generales, que llegan hasta los más altos rangos, y la corrupción llegó en el pasado a niveles tales que se describió a la bonaerense como una "mafia".