El nuevo presidente de Panamá ha ofrecido un período de amnistía de un mes para los miembros de pandillas, para que se desarmen y corten sus lazos con el crimen organizado, señalando la voluntad de su gobierno de seguir estrategias alternativas para combatir el creciente problema de pandillas.

En un discurso en la ceremonia de su toma de posesión el 1 de julio, el presidente Juan Carlos Varela se dirigió a las “más de 200 pandillas que operan en el país”, dándoles hasta el 1 de agosto para desarmarse. Instó a los miembros de pandillas a reintegrarse a la sociedad, y advirtió que los que no lo hicieran serían tratados con “mano dura”. Varela propuso por primera vez la idea de buscar soluciones alternativas al problema de las pandillas del país cuando fue vicepresidente en 2013. Dijo que los problemas de seguridad no se podían resolver sin un diálogo con las pandillas, informó AFP.

Algunos miembros de pandillas han expresado su voluntad de dejar las armas y reintegrarse a la sociedad. En junio, 19 líderes de pandillas hicieron un llamado para hacer un pacto de desarme, incluido el jefe de uno de los grupos más poderosos, “Los Chinches“. Según el Instituto Nacional para la Prevención del Delito, más del 35 por ciento de los pandilleros en David -una ciudad con un importante problema de pandillas en la frontera con Costa Rica- han expresado su interés en la reinserción.

Análisis de InSight Crime

Las pandillas son un problema creciente en Panamá. Según un reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) (pdf), el número de pandillas ha aumentado significativamente en los últimos cinco años, de 200 grupos en 2008 a un estimado de 355 en 2013. El número de miembros de pandillas ha aumentado más de cuatro veces en los últimos años, de 1.385 en 2007 a 7.500 en 2012.

Las pandillas también son responsables de una parte significativa de los homicidios del país. De los asesinatos cometidos en 2012, el 23 por ciento estuvieron relacionados con las pandillas u otros grupos criminales organizados.

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La oferta de amnistía de Varela demuestra una voluntad de buscar soluciones alternativas al problema de las pandillas en el país. El anterior presidente, Ricardo Martinelli, anunció en agosto de 2011 que iba a reunirse con los líderes de las pandillas para persuadirlos de renunciar a la delincuencia, aunque esto no parece haber dado resultados.

Otros países de la región también han intentado soluciones alternativas a la violencia de las pandillas, pero con un éxito limitado. La tregua entre pandillas de El Salvador de 2012 mejoró inicialmente la seguridad, pero fue declarada como un fracaso por el entonces presidente del país Mauricio Funes. Belice también adoptó un programa de tregua entre las pandillas en 2011, en el que el gobierno brindó oportunidades de trabajo para los miembros de las pandillas, pero puso fin a la iniciativa en 2012, declarando que había llegado a ser demasiado cara.

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