Un testimonio presentado ante la agencia para los derechos humanos de México ha implicado a la policía federal en la desaparición de 43 manifestantes estudiantiles en Iguala, México, en 2014, lo cual abre una nueva línea de investigación en un importante caso que ha tenido pocas respuestas claras.
En un comunicado de prensa del 14 de abril (pdf), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) anunció la posible participación de dos agentes de la policía federal en la desaparición de 43 estudiantes de Iguala en septiembre de 2014, en el estado de Guerrero, al suroeste del país.
La información proviene del testimonio ofrecido a la CNDH por un testigo protegido, sobre los eventos en el puente de Chipote la noche en que desaparecieron los estudiantes.
Según el testimonio, la policía municipal de Iguala detuvo debajo del puente al autobús 1531 de Estrella de Oro —uno de los tres autobuses con manifestantes estudiantiles—, obligó a los 15 o 20 estudiantes que estaban a bordo a que bajaran y los esposaron (vea el video abajo). Uno de los oficiales dijo que no todos los estudiantes cabrían en las patrullas de la policía, pero le respondieron que no se preocupara, que “los de Huitzuco ya vienen”, según narra el testigo.
La policía supuestamente había pedido respaldo del vecino municipio de Huitzuco de los Figueroa, por lo que pronto llegaron otras tres patrullas de la policía.
El testigo le dijo a la CNDH que, mientras los estudiantes detenidos estaban siendo subidos a los vehículos de la policía, dos agentes de la policía federal llegaron al lugar y preguntaron qué estaba pasando.
“Allá atrás [los estudiantes] chingaron a un compañero”, explicó un funcionario municipal. “Se los van a llevar a Huitzuco. Allá que el patrón decida qué va a hacer con ellos”.
La policía federal presuntamente no hizo ningún intento por intervenir; luego a los estudiantes se los llevaron en las patrullas, después de lo cual nunca se les volvió a ver vivos.
El jefe de investigación de la CNDH Iguala, José Larrieta Carrasco, le dijo a la prensa que la nueva evidencia sugiere que los policías federales permitieron que ocurriera el secuestro, y que incluso pudieron haber sido participantes activos. También indica que ellos sabían de las actividades criminales de las policías municipales de Iguala y Huitzuco y que conocían al individuo identificado como “el patrón”, afirma Larrieta.
A la luz de este nuevo testimonio, la CNDH ha pedido nuevas investigaciones sobre lo que ocurrió en el puente, incluso acerca del lugar a donde los estudiantes fueron llevados y la razón por la que no se había mencionado la presencia de la policía federal anteriormente.
Análisis de InSight Crime
El informe de la CNDH genera más confusión en torno al caso de Iguala, y se agrega a las múltiples y a menudo contradictorias versiones de lo que realmente ocurrió la noche en que los 43 estudiantes desaparecieron.
Sin embargo, este nuevo testimonio sugiere que Guerreros Unidos —el grupo criminal local que ha sido responsabilizado por la desaparición de los estudiantes— tuvo una presencia más fuerte de lo que se pensaba inicialmente, así como una influencia que iba más allá de los funcionarios de las policías municipales de Iguala y Cocula —cuyo papel en detener a los estudiantes y entregárselos a Guerreros Unidos se ha divulgado previamente—.
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Por el momento, sin embargo, los hallazgos de la CNDH quizá aviven los ánimos del pueblo mexicano, frustrado por la incompetencia percibida del gobierno o por su deliberada falta de esfuerzo en el manejo del caso. También le da un nuevo golpe a la administración de Enrique Peña Nieto, cuya popularidad bajó recientemente al 30 por ciento, el nivel más bajo de toda su administración.