La organización criminal de la ciudad de Medellín, conocida como la "Oficina de Envigado", al parecer busca negociar con el gobierno colombiano, una evolución cuestionable que despierta escepticismo en cuanto a los beneficios de dicho proceso, en vista de la fracturada naturaleza del grupo.
Se dice que la Oficina de Envigado anunció su deseo de entrar en diálogos con el gobierno colombiano, por una carta (pdf) enviada a la revista colombiana Semana.
En la carta, con fecha del 9 de marzo y firmada por "La Dirección Colegiada de los Grupos Urbanos Armados al Margen de la Ley", la Oficina declara su deseo de "entrar en una etapa de exploración y acercamiento con el Gobierno Nacional, Regional y Local, en la búsqueda de un real acuerdo de paz".
"Creemos que este es el momento histórico del país [Colombia], en el cual podemos concertar un escenario jurídico, para que nuestros hombres puedan resolver su situación", prosigue la carta. "No estamos pidiendo impunidad, sino algo que sea razonable para las partes".
Declarando estar listos "para abrir un canal de comunicación y de verificación", la carta indica que su objetivo final es "un proceso de diálogo para llegar a un acuerdo que facilite [a la Oficina, la] dejación de armas y la reintegración a la vida civil".
Según la revista Semana, la propuesta lleva meses de preparación y cuenta con el respaldo de líderes de la sociedad civil con experiencia en procesos de desmovilización anteriores.
El gobierno colombiano aún no ha emitido una respuesta formal a la propuesta, informó El Colombiano.
Formada por Pablo Escobar y el Cartel de Medellín, y luego desarrollada en la década de 1990 bajo el mando de Diego Murillo Bejarano, alias "Don Berna", quien fue extraditado en 2008 a Estados Unidos, se estima que la Oficina tiene actualmente unos 7.000 miembros, informó Semana.
Análisis de InSight Crime
La noticia de que la Oficina de Envigado busca negociar su desmovilización debe tomarse con escepticismo.
Para empezar, la fuente no confirmada de la carta no da claridad precisa sobre quién propone las negociaciones, y si es o no representante legítimo de la Oficina de Envigado. Por ejemplo, Darío Antonio Úsuga, cabecilla de la organización criminal colombiana Los Urabeños, negó recientemente que estuviera negociando el desmonte de Los Urabeños y su rendición.
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Lo más importante quizás, sin embargo, es la naturaleza fragmentada de la Oficina de Envigado lo que suscita dudas de su capacidad de participar como grupo en negociaciones de desmovilización y de cumplir a cabalidad los términos.
La extradición de Don Berna en 2008 sumió a la Oficina en el caos, dejando atrás una variedad de grupos dispersos, conocidos como "combos", que no siguen a un solo líder y se dedican a delitos locales, como la extorsión, el microtráfico y el robo. Según estimativos de la Fiscalía General de Colombia, citados por El Colombiano, la Oficina consiste de 120 combos y 15 estructuras mayores conocidas como ODIN, u organizaciones delincuenciales integradas al narcotráfico. La carta firmada por la "dirección" implicaría además que la Oficina es más una confederación en lugar de tener un solo líder.
Más aún, la negociación con la Oficina de Envigado plantearía varios obstáculos legales para el gobierno colombiano, dada la dedicación del grupo a fines criminales (no sociales ni políticos). Sin duda, Luis Fernando Quijano Moreno, director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo Social (CORPADES) comentó a El Tiempo que la propuesta de la carta, en su forma actual, es "ambiciosa y parece nacer muerta".