Una vez más se presentan discrepancias significativas entre la cantidad de coca que la Casa Blanca estima que se cultiva en Colombia y las cifras presentadas por el último informe de la ONUDD.
Sin embargo, ambos informes muestran una tendencia clara: los cultivos de coca en Colombia parecen estar creciendo.
La hoja de coca es el ingrediente principal en la producción de cocaína y es cultivada principalmente en Colombia, Perú y Bolivia. En sus últimos informes, tanto la Casa Blanca como la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) señalaron grandes aumentos en sus cálculos sobre cultivos de coca en Colombia durante 2014. Sin embargo, las cifras presentadas por la ONUDD fueron significativamente menores que las del gobierno estadounidense.
Esta no sería la primera vez que las estimaciones de las dos organizaciones difieren significativamente. Sus cifras de 2012 presentaron un escenario inverso, dado que las estimaciones de cultivo de coca en la región Andina presentadas por la ONUDD estuvieron muy por encima de las de la Casa Blanca.
Análisis de InSight Crime
La ONUDD basa sus cálculos sobre cultivos de coca principalmente en imágenes satelitales. Sin embargo, éste no es el método más fiable para hacerlo, ya que los cultivadores de coca colombianos a menudo la plantan en lotes pequeños o la esconden entre otros cultivos, como reacción a las campañas de erradicación.
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Por su parte, la Casa Blanca no proporciona información sobre la forma en que calcula sus estimaciones, aunque en informes anteriores ha mencionado a las encuestas con excocaleros como una de sus fuentes de información.
Lo que realmente vale la pena destacar de estas estimaciones es que cuantificar actividades clandestinas como el cultivo de coca es intrínsecamente difícil, por lo que evaluar el éxito de una política de drogas a partir de estas cifras puede resultar problemático. Los encargados de trazar políticas y los analistas pueden encontrar estos informes útiles, pues les proporcionan cierta noción de los desafíos presentados por la lucha contra el comercio de drogas. Sin embargo, finalmente es probable que estas estimaciones no sean la mejor manera de medir con certeza si una política de drogas en particular está funcionando o no.