Una operación de la policía colombiana destinada a combatir el micro-tráfico en todo el país se extenderá por 60 días más para acabar con 25 células más, anunció el Presidente Santos, aunque la policía está luchando una batalla difícil para controlar este fenómeno.
Tras el anuncio hecho por el Director de la Policía José Roberto León Riaño, de que la policía había erradicado el 92 por ciento de los objetivos identificados, al comienzo de la operación hace dos meses, el Presidente Juan Manuel Santos ordenó a la policía nacional extender la operación para acabar con otros 25 puntos de venta de drogas en todo el país.
El director de la policía dijo que, hasta el momento, se habían llevado a cabo 314 allanamientos en los que se decomisaron 780.067 dosis de drogas ilegales y detuvieron a 1.641 personas, entre ellas 42 líderes de las redes de micro-tráfico, informó El Tiempo.
La operación inicial de dos meses, llamada "Plan Corazón Verde", comenzó a principios de abril con el objetivo de cerrar 24 células en 20 ciudades, como parte de una guerra contra el micro-tráfico.
Análisis de InSight Crime
Se calcula que una quinta parte de la cocaína colombiana y el 70 por ciento de la marihuana se vende actualmente en el país, según la policía. El micro-tráfico se ha convertido en una fuente importante de ingresos para los narcotraficantes colombianos y se considera una de las tres principales amenazas a la seguridad, por parte del gobierno. En Colombia, los puntos de distribución, u "ollas", donde se venden las drogas, son controlados por pandillas callejeras y "mini-carteles", algunos con conexiones internacionales. Las drogas, a menudo, son vendidas a estos grupos por parte de las organizaciones narcotraficantes más grandes, como los Urabeños o los Rastrojos.
Pese a los éxitos que se adjudica la iniciativa hasta el momento, la policía dice que tiene información de 3.000 puntos de distribución más en todo el país. Además, la estrategia de tener como objetivo a estos puntos de venta aumenta la posibilidad de que esas operaciones simplemente se trasladen a otra parte - popularmente conocido como el "efecto cucaracha" – a menos de que el gobierno logre cerrar simultáneamente toda la cadena de suministro.
El caso de Colombia es sólo uno de los países latinoamericanos que ha registrado aumentos repentinos en el tráfico doméstico, en los últimos años. Otros incluyen México, Brasil y los países del Triángulo Norte: El Salvador, Guatemala y Honduras.