Una operación antipandillas que duró seis semanas y estuvo dirigida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus iniciales en inglés) condujo al arresto de más de 1.300 personas en todo el país. Pero un análisis de las supuestas afiliaciones de los sospechosos a las pandillas permite señalar que la reciente retórica no encaja con la realidad en lo que tiene que ver con la amenaza de las pandillas latinoamericanas en Estados Unidos, particularmente en cuanto a la MS13.
En el transcurso de seis semanas se realizaron 1.378 arrestos como parte de una operación a nivel nacional liderada por la Unidad de Investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional (HSI por sus iniciales en inglés), del ICE, informó un comunicado de prensa del organismo. La operación, denominada "Proyecto nuevo amanecer", ha sido la más grande ofensiva contra las pandillas en la historia del organismo, según le dijeron los funcionarios del mismo a The Washington Post.
De las 1.378 personas, 1.098 fueron detenidas por "cargos criminales estatales y/o federales", como asesinato o agresión sexual, mientras que las otras 280 fueron detenidas por "violaciones administrativas a la inmigración". Además, según el comunicado de prensa, 933 arrestados "eran ciudadanos estadounidenses", mientras que 445 eran "extranjeros" procedentes de Centro y Sur América, Asia, África, Europa y el Caribe.
Casi el 80 por ciento de los arrestados (1.095) fueron descritos como miembros de las pandillas o vinculados a ellas. El ICE dijo que "137 estaban vinculados a los Bloods, 118 a los Sureños, 104 a los Crips y otros 104 a la MS13". Las restantes 283 personas detenidas "dijeron no tener ningún vínculo con las pandillas", según el comunicado de prensa.
A lo largo de las seis semanas que duró la operación, el HSI y otros organismos policiales incautaron "238 armas de fuego, 22 kilogramos de cocaína, 15,5 kilogramos de metanfetamina, 3,2 kilogramos de heroína, menos de un kilogramo de fentanilo, 227 kilogramos de marihuana y casi US$500.000 en efectivo".
Según el comunicado de prensa, las operaciones se llevaron a cabo por todo el país, pero principalmente en las áreas de Houston, Nueva York, Atlanta y Newark, Nueva Jersey.
Análisis de InSight Crime
Varias importantes figuras políticas de Estados Unidos han hecho repetidas advertencias recientemente sobre la amenaza que representan las pandillas latinoamericanas, particularmente la MS13. Sin embargo, la más reciente operación del HSI permite suponer que el problema de las pandillas en Estados Unidos es un tema mucho más complejo.
De hecho, contrario a lo que indica esta reciente retórica, sólo una fracción relativamente pequeña de los detenidos pertenecía presuntamente a la MS13 —menos del 10 por ciento; es decir, 104 de los más de 1.300 detenidos—.
Los miembros de otras pandillas fueron arrestados en mayor proporción. Por ejemplo, 137 sospechosos fueron identificados con los Bloods, una pandilla callejera fundada en Los Ángeles y con predominancia (aunque no exclusivamente) de ciudadanos afroamericanos. Les siguen en número (108) los detenidos identificados como los Sureños, una pandilla callejera conformada predominantemente por mexicoamericanos. Además, el HSI arrestó a 104 presuntos miembros de los Crips, otra pandilla que surgió en Los Ángeles y está conformada principalmente por afroamericanos.
En otras palabras, la gran mayoría de las personas arrestadas no tenía ninguna supuesta afiliación con la MS13.
Sin embargo, en muchos de los principales medios noticiosos de Estados Unidos, como CNN, esta retórica parece estar surgiendo efecto, dado que se utilizaron fotos y videos de la MS13 para ilustrar las noticias relacionadas con la operación. A pesar de que se detuvieron relativamente pocos miembros de la MS13, esta pandilla fue la que acaparó los titulares.
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Es indudable que la MS13 mantiene una presencia violenta en Estados Unidos, que ha sido evidente recientemente en el Condado de Suffolk, Nueva York, donde la policía local dice que la pandilla es responsable de al menos 10 asesinatos. Como respuesta, el Senado del estado de Nueva York aprobó esta semana un proyecto de ley contra la MS13.
Pero el panorama de las pandillas en Estados Unidos es extremadamente complejo, lo que significa que la atención desproporcionada que se le presta a la MS13 puede desviar la atención de otros problemas más graves relacionados con las pandillas.
Por ejemplo, el Informe Nacional sobre Pandillas del año 2015, del Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus iniciales en inglés), señala al crimen transfronterizo como un tema de importancia para los organismos policiales de Estados Unidos. Según el informe, las pandillas los Sureños, Barrio Azteca y Tango Blast fueron identificadas como las más implicadas en los crímenes transfronterizos. Si bien el informe indica que la MS13 también estuvo implicada en estos crímenes, no fue considerada como la principal amenaza transfronteriza (Vea la gráfica del FBI abajo).
La exagerada atención a la MS13 probablemente tiene más que ver con la política de Estados Unidos en cuanto a la política de inmigración que con la amenaza real de la pandilla.
Por ejemplo, el presidente Donald Trump recientemente tuiteó (incorrectamente) que las "débiles políticas contra la inmigración ilegal" de la administración de su predecesor han contribuido al crecimiento de la MS13 en Estados Unidos. Y el fiscal general Jeff Sessions señaló que "varios años de laxos controles a la inmigración" han alentado a las pandillas a enviar "a los reclutadores y a los demás miembros a que le den un nuevo impulso a las pandillas" mediante "el tráfico de sus miembros a través de la frontera como menores no acompañados".
Una vez más, las cifras de la operación del ICE ponen en duda estas afirmaciones. Casi el 70 por ciento de los arrestados eran ciudadanos estadounidenses. Por otra parte, sólo 10 de las más de 1.300 personas detenidas como parte de la operación —es decir, menos del 1 por ciento— habían entrado al país como menores de edad sin la compañía de adultos. Y sólo ocho de esos 10 tienen presuntos vínculos con la MS13.
La política oficial de la administración Trump se ha empeñado en describir a todos los inmigrantes como criminales —particularmente a los de México y Centroamérica—. Por lo tanto, desde un punto de vista político tiene sentido que el presidente y sus aliados promuevan una narrativa según la cual la MS13 es la pandilla que representa la más grave amenaza para el país. Sin embargo, esta narrativa puede ocultar las amenazas que plantean otras pandillas, lo que podría afectar los esfuerzos de Estados Unidos por controlar a las pandillas en el largo plazo.