Una operación para capturar al líder de una red de Brasil que traficaba cocaína a más de 30 países es un ejemplo del poder con el que cuentan los traficantes independientes que operan en el país, a pesar de que el jefe del grupo permanece en libertad.
Luego de una investigación que duró dos años y medio, el 23 de mayo las autoridades brasileñas llevaron a cabo la “Operação Aguas Profundas” (Operación Aguas Profundas) en siete estados del país. Cinco sospechosos fueron arrestados, pero Mario Sergio Machado Nunes, el líder del grupo, consiguió escapar, y las autoridades de Brasil y el cuerpo internacional de policía Interpol continúan buscándolo, reportó InfoSur Hoy.
La policía de Brasil señaló que el grupo de Machado compraba la cocaína en Perú, Paraguay, Bolivia y Colombia y la traficaba a destinos como Estados Unidos, España, Emiratos Árabes Unidos y Angola. Según InfoSur Hoy, Bruno Pereira Gama, el jefe de la división antinarcóticos de Brasil, estimó que las ventas semanales de la organización estarían en alrededor de US$2,2 millones.
En el momento de la operación de la policía, el grupo estaba en proceso de construir un submarino con la ayuda de ingenieros colombianos, y se cree planeaban usarlo para transportar drogas a África con destino a Europa, informó G1 Globo.
Presuntamente Machado también tenía planes para comprar un Boeing 737 y comenzar una compañía aérea para el transporte clandestino de drogas.
Análisis de InSight Crime
La organización de Machado ha estado en el negocio del tráfico de drogas por más de 30 años, según fuentes de la policía citadas por G1 Globo. Se presume que hizo negocios con el notorio capo colombiano de las drogas Pablo Escobar -abatido en 1993- y que, más recientemente, prestó dinero al líder de la organización criminal los Urabeños.
El alcance y la sofisticación de la organización de Machado son puestos en evidencia por la cantidad de países a los que traficaban drogas y por la longevidad de su operación. Aunque según los informes Machado ha sido arrestado en cuatro ocasiones, el hecho de que su grupo haya tenido la capacidad de continuar con el trafico de drogas a semejante escala durante más de tres décadas sugiere cierto nivel de complicidad oficial.
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La organización de Machado es un ejemplo de las redes independientes de narcotráfico brasileñas que tienen conexiones para adquirir el producto en países vecinos como Perú y Bolivia. Una investigación reciente de Extra, un diario con sede en Río de Janeiro, identificó a varios actores como él en el país.
La existencia de estos poderosos operarios independientes sugiere que las mayores organizaciones criminales de Brasil –como el Primer Comando Capital (PCC)- no tienen el mismo tipo de hegemonía sobre las rutas de tráfico de drogas que sus contrapartes de México y Colombia, que normalmente, por medio de la violencia, buscan controlar todas las etapas del tráfico de drogas.