Surgieron nuevos detalles acerca de una red internacional de lavado de dinero que se extendía entre Colombia, Panamá y México, con el ataque del gobierno de Estados Unidos contra la red destacando el papel crucial de Panamá en la legitimación de las finanzas ilícitas.
Ocho personas y 20 empresas relacionadas con Jorge Fadlallah Cheaitelly, un hombre de nacionalidad colombo-libanés, fueron puestas bajo la Ley de Cabecillas (Kingpin Act) del Departamento del Tesoro y sancionadas, según un comunicado de prensa. Cheaitelly -quien fue arrestado en Costa Rica en 2011 y extraditado a Estados Unidos en 2012- ha sido acusado de dirigir una organización de lavado de dinero que incluía a miembros de su familia, y fue expulsado de la nación centroamericana.
A través de las nuevas sanciones, el Departamento del Tesoro intentará congelar los activos de todas las personas y empresas presuntamente implicadas en la operación de lavado de Cheaitelly, e imponer sanciones sobre cualquier persona que siga haciendo negocios con ellos.
Entre los designados en la última ronda de sanciones se encontraron el padre de Cheaitelly, Ignacio Plata Rivera, y otros parientes, el prominente abogado panameño Jorge Plata McNulty, y varios socios que presuntamente lavaron dinero de la droga a través de empresas en Panamá (haga clic en el organigrama del Departamento del Tesoro para ampliar).
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El Departamento del Tesoro también tuvo como blanco los activos de 20 empresas pertenecientes a Cheaitelly y sus socios, incluyendo las empresas de importación y exportación, una fundación sin fines de lucro, restaurantes y otras empresas ficticias ubicadas en Panamá, Colombia y México.
Análisis de InSight Crime
Cuando el Departamento del Tesoro estuvo por primera vez tras las operaciones de lavado de Cheaitelly, hace más de dos años, se descubrió que su vasta red se extendía a través de Suramérica, Centroamérica, África y el Medio Oriente. Una de sus empresas falsas fue relacionada con el narcotraficante libanés Ayman Joumaa, quien está acusado de haber movido cocaína y lavado dinero para diversos carteles colombianos y mexicanos, y es conocido por haber financiado al grupo militante Hezbollah, con sede en el Líbano.
Aunque los socios de Cheaitelly parecen no tener las mismas conexiones internacionales, las sanciones en su contra son una prueba más de cómo Panamá sigue siendo un lugar estratégico para los lavadores de dinero, debido a su estatus como centro financiero regional, con laxas leyes de inversión y una economía dolarizada.
También destacan la dificultad de desenredar las redes creadas por los lavadores de dinero profesionales como Cheaitelly, quien fue colocado por primera vez bajo las sanciones en 2011. Precisamente el pasado febrero, el narcotraficante colombiano, que supuestamente había manejado la organización de tráfico de drogas de Cheaitelly, también fue designado bajo la Ley de Cabecillas.