Un gran decomiso de cocaína en un laboratorio clandestino desmantelado y repetidas emboscadas contra las fuerzas de seguridad demuestran la persistencia de la actividad criminal en la principal región cocalera de Perú, a pesar de operativos militares previos contra los grupos criminales en la zona.
Un operativo conjunto de las fuerzas de seguridad peruana, en el que participaron cuatro helicópteros, dio lugar al desmantelamiento de un laboratorio de cocaína el 22 de julio en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), según anunció el Ministerio del Interior mediante un comunicado oficial.
De un total de 1,5 toneladas de cocaína, casi 1,2 toneladas fueron confiscadas en forma líquida, según información de La República. Se dice que los 300 kilos restantes se captaron en forma de pasta de cocaína, y también se decomisaron otras 8,7 toneladas de precursores químicos. El laboratorio presuntamente estaba operado por un criminal conocido por el alias de "Chipi", quien pagaba protección al grupo insurgente marxista Sendero Luminoso.
Se cree que el complejo procesaba hasta 600 kilos de cocaína a la semana, lo que lo pone en un rango de producción similar al de otra estructura desmantelada que se descubrió en el VRAEM en junio.
Visita al laboratorio desmantelado, cortesía de Ministerio del Interior de Perú
Entretanto, una emboscada contra la policía grabada con una cámara el día anterior mostraba un tiroteo del que salieron cuatro agentes heridos. El ataque, realizado el 21 de julio en la provincia de Huanta, en el VRAEM, fue un intento de delincuentes por recuperar a un narcotraficante que acababa de ser capturado, según información de Peru21.
El director de la Policía Nacional general Vicente Romero insistió en que el último hecho no tenía relación con Sendero Luminoso, y añadió que los atacantes eran "narcotraficantes". Sus comentarios recuerdan las declaraciones hechas en enero por el ministro de defensa Jorge Nieto al prolongar el estado de emergencia en el VRAEM.
"En el VRAEM tenemos dos situaciones: un pequeño reducto del terrorismo [en referencia a Sendero Luminoso]... y luego el narcotráfico. Ambos casos son totalmente diferentes y tienen tratamientos distintos", había dicho Nieto, según El Comercio.
Análisis de InSight Crime
Los laboratorios desmantelados y las emboscadas repetidas son indicios adicionales de que la dinámica criminal en el VRAEM mantiene su intensidad, aun con el anuncio de las autoridades el 24 de julio de un levantamiento parcial de una prolongada militarización de la zona por la declaración de estado de emergencia.
También inquieta la proporción de la cocaína descubierta en forma líquida. Descubrimientos con ese revelan un alto grado de sofisticación de los grupos criminales en la zona, ya que este proceso es por lo general más complejo que la producción de cocaína sólida. Que ese cambio a la cocaína líquida se vuelva tendencia entre los grupos criminales también sería preocupante, pues es mucho más difícil de detectar y puede ocultarse en una gran variedad de productos líquidos o rociarse sobre ropa con muy poca pérdida del producto en el proceso.
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Además, las autoridades harían bien en reconocer los nexos entre el aún fuerte Sendero Luminoso con el narcotráfico, que se ve ilustrado con la protección que presuntamente cobraba el grupo insurgente a alias "Chipi". Ganancias derivadas del narcotráfico como estas han sido cruciales para mantener el gran poder de los grupos insurgentes en la vecina Colombia, mientras que otras señales recientes indican que el cultivo de coca en el VRAEM está aumentando de nuevo, lo que puede apoyar el mantenimiento de las operaciones de Sendero Luminoso y de otros grupos criminales en la región.