Panamá puede estar cambiando su estrategia frente al problema de las pandillas, para adoptar una estrategia más firme y potencialmente más violenta, parecida a las de sus vecinos del Triángulo Norte. En un momento en el que la sofisticación de los grupos criminales locales podría hacer que la confrontación con el Estado sea significativamente más peligrosa.

A raíz de una oleada de violencia en Colón, la ciudad puerto en el Caribe, el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, anunció que el gobierno “reforzará la estrategia de seguridad” en la ciudad.

Prensa Latina informó que dicha estrategia incluirá la Fuerza de Tarea Águila, un equipo élite conformado por 300 agentes y que fue creado a finales de marzo para luchar “con mano dura” contra el crimen organizado.

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La medida surgió a raíz de por lo menos cuatro asesinatos, entre ellos el de Amílcar Henríquez, jugador del equipo nacional de fútbol, en Colón, una ciudad en la que supuestamente existen más de 40 pandillas. Por ese motivo, Varela convocó un consejo de seguridad de emergencia para discutir “medidas extraordinarias” contra las redes criminales, señalando que las pandillas habían sido las responsables de los recientes asesinatos.

Por otra parte, según Prensa Latina, el director de la Policía Nacional, Omar Pinzón, anunció un aumento en el número de agentes en servicio.

Durante los primeros dos meses de 2017, en Panamá se presentaron 89 homicidios, un 22 por ciento más con respecto al mismo periodo de 2016.

Análisis de InSight Crime

Durante varios años, Varela ha estado a favor de un enfoque menos punitivo contra las pandillas, mediante su programa bandera de rehabilitación de jóvenes denominado Barrios Seguros. Sin embargo, las últimas declaraciones del presidente pueden indicar que existe un reconocimiento tácito de que el plan no ha logrado debilitar a las pandillas del país. Según estimaciones oficiales, entre los años 2014 —cuando Varela asumió el cargo y anunció el programa Barrios Seguros— y 2016, el número de pandillas en Panamá no cambió en absoluto.

Aunque Varela ha adoptado algunas tácticas de mano dura como complemento de Barrios Seguros, entre las que se incluyen grandes operaciones policiales, la nueva fuerza especial puede representar un giro particularmente agresivo en su política. En apariencia, resulta lógico adoptar estas medidas severas, que se centran principalmente en áreas críticas de las provincias de Panamá y Colón, las áreas con mayor presencia de pandillas y también donde se producen la mayor parte de los homicidios. (Vea mapa abajo).

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Sin embargo, los homicidios en Panamá no se pueden atribuir únicamente a las bandas locales. Y la adopción de tácticas agresivas puede en realidad deteriorar aún más la situación de seguridad. Los vecinos de Panamá en el Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras), así como México, proporcionan tal vez el más claro ejemplo de las estrategias de “mano dura” que contribuyen a la persistencia de los altos niveles de violencia, en lugar de solucionarlos. Por otra parte, algunos analistas creen que estas estrategias podrían tener un “efecto globo”, al desplazar a las pandillas de una zona a otra.

Este es un momento crítico para el crimen organizado de Panamá. Las pandillas se están consolidando en bloques más sofisticados y poderosos. Por otro lado, el aumento sin precedentes en la producción de cocaína en el vecino del sur, Colombia, inevitablemente intensificará la actividad del narcotráfico en suelo panameño. A medida que la dinámica evoluciona, las pandillas locales podrían tener una mayor afluencia de dinero y armas, haciendo que cualquier enfrentamiento con el Estado sea potencialmente más explosivo.

Gráfico publicado previamente en un artículo de octubre de 2016.

8 respuestas a “¿Panamá está adoptando una política más dura contra las pandillas?”