La agencia de control de fronteras de Panamá ha advertido en un informe que los grupos criminales colombianos descendientes de los paramilitares están utilizando cada vez más el país como ruta de tráfico, corrompiendo a funcionarios e influenciando a las bandas locales.
La página de Internet Panamá América, citó a Frank Abrego, jefe del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) afirmando que el “fenómeno bacrim, de alta peligrosidad, [busca] ingresar de forma inadvertida a nuestro territorio; lo que generaría el aumento del tráfico ilícito de drogas, personas y armas, así como … corrupción y mutación de las conocidas bandas criollas”.
Un informe de la agencia fronteriza, al que al parecer tuvo acceso Panamá América, dijo que la presencia de las bandas criminales (BACRIM) de Colombia podría estar detrás del aumento en la violencia relacionada con las drogas que el país ha experimentado en los últimos años.
Al parecer, Abrego también dijo a la página que las BACRIM en Panamá operan a través del método conocido como el "hormigueo", en el cual los individuos transportan pequeños cargamentos de droga en sus espaldas, en grupos de entre 15 y 80 personas. Abrego dijo que las bandas criminales a veces se hacen pasar por miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o como funcionarios del gobierno.
Análisis de InSight Crime
La incursión de las BACRIM de Colombia -que se formaron tras la desmovilización de las organizaciones paramilitares en 2006- en Panamá, ha sido reportada durante varios años. Estos grupos incluyen al grupo neoparamilitar más poderoso de Colombia, los Urabeños, que opera cerca de la región fronteriza.
Según fuentes de inteligencia de la policía colombiana, consultadas por InSight Crime, los Urabeños entregan cargamentos de droga a los miembros del Frente 57 de las FARC cerca de la frontera. La guerrilla luego transporta el cargamento hacia Panamá, donde pasan los envíos a otros miembros de los Urabeños.
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La misma fuente señaló que uno de los líderes de la Oficina de Envigado de Medellín, Carlos Arturo Hernández, alias "Duncan" o "Jerónimo", actualmente está manejando las operaciones de la organización en Panamá.
Otros líderes criminales colombianos también han establecido una presencia en la frontera. Antes de que fuera dado de baja por la policía colombiana en 2013, un miembro del mando principal de los Urabeños, Francisco José Morela Peñate, alias "El Negro Sarley," se trasladó a Panamá para supervisar parte de las operaciones de la organización allí. En febrero de 2013, uno de los líderes de la Oficina de Envigado, Edison Rodolfo Rojas, alias "Pichi", fue arrestado en Ciudad de Panamá.
En junio, Senafront detuvo a un ciudadano colombiano y descubrió un campamento temporal que pudo haber pertenecido a las BACRIM en la región fronteriza, al oriente de Panamá, conocida como el Tapón del Darién, informó El Tiempo.