Tras una búsqueda en varios países de Centroamérica, las autoridades inmovilizaron un helicóptero adquirido por un hijo del expresidente de Panamá, Ricardo Martinelli, vinculado a un esquema de lavado de dinero procedente de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.

Las autoridades mexicanas localizaron el helicóptero de propiedad de Luis Enrique Martinelli Linares, hijo del expresidente Martinelli, en el estado de Chiapas el 31 de marzo, según informes de La Prensa.

El 30 de marzo, la fiscal primera anticorrupción de Panamá, Tania Sterling, había firmado y transmitido una petición oficial de ayuda a las autoridades de Guatemala, El Salvador y México para ubicar el helicóptero. La nave voló de Guatemala a El Salvador el 11 de marzo, antes de despegar hacia México e intentaba presuntamente llegar a Miami, donde se cree que reside el expresidente Martinelli.

Las autoridades panameñas sospechan que el helicóptero fue adquirido con dinero producto de la corrupción, por Martinelli Linares y como medio para blanquear parte de los US$22 millones en sobornos que presuntamente recibieron él y su hermano, Ricardo Alberto Martinelli Linares, de la gigante constructora Odebrecht, según El Siglo. La multimillonaria estructura de corrupción de Odebrecht en toda Latinoamérica ha tenido repercusiones en las más altas esferas políticas de países en los que se le otorgaron contratos de obras públicas en forma ilegal.

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Las sospechas que rodean el helicóptero se basan presuntamente en el testimonio de Evelyn Vargas Reynaga, abogada que trabajó con los hijos de Martinelli y les ayudó a constituir varias empresas de papel, según La Prensa. Una de esas empresas, Silver Wing Corporation, se usó para adquirir el helicóptero.

Interpol admitió la solicitud de Panamá sobre la emisión de una circular roja contra los hijos de Martinelli y contra Vargas el 14 de febrero, según Telemetro. Aunque la abogada está bajo custodia de las autoridades panameñas, se cree que Luis Enrique y Ricardo Alberto huyeron del país.

Su padre, el expresidente Ricardo Martinelli, también es requerido por actos de corrupción cometidos durante su periodo en el poder. En septiembre de 2016, Panamá solicitó oficialmente su extradición de Estados Unidos.

Análisis de InSight Crime

Puede parecer inusual, si no improcedente, que se ordene una búsqueda en toda la región para inmovilizar un solo helicóptero. Pero este caso es una muestra elocuente de la dificultad que tienen los gobiernos para interceptar activos cuantiosos y esquemas de lavado de dinero, cuando se realizan por medio de un mundo financiero que actúa sigilosammente y no conoce fronteras.

El helicóptero es apenas una pieza de un complejo rompecabezas que indica que los hijos de Martinelli crearon varias empresas de papel para recibir por lo menos US$22 millones en sobornos —dinero que se encuentra congelado en cuentas bancarias en Suiza— de empresas en paraísos fiscales que eventualmente se rastrearon hasta Odebrecht. Los Martinelli son solo dos de las 17 personas sospechosas de lavado de dinero de corrupción de la constructora brasileña en Panamá a cambio de contratos públicos.

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La magnitud del escándalo de Odebrecht eventualmente llevó a la unión de fuerzas de fiscales de toda la región. Pero esta cooperación inédita contrasta con la falta de escrutinio generalizada sobre el sector financiero, y la necesidad de una postura firme para corregir el secretismo de un sistema financiero que es crucial para cualquier actividad criminal transnacional de gran envergadura.