Un alto funcionario de seguridad de El Salvador dijo que un vehículo robado, en el que se había instalado una granada como trampa cazabobos, fue un fallido ataque contra la policía. De ser cierto, esta sería una señal preocupante de las crecientes agresiones entre las pandillas y las fuerzas de seguridad en El Salvador.
Según La Prensa Gráfica, la noche del 15 de junio, miembros de la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador encontraron un vehículo robado en una zona residencial de Soyapango, municipalidad de San Salvador, la capital del país. Cuando miembros de la policía inspeccionaban el carro abandonado, descubrieron una granada M67 amarrada en el asiento del pasajero, al lado de la caja de cambios. Un investigador dijo que el dispositivo estaba ubicado de manera que explotara cuando se abriera la puerta del pasajero, pero no se activó debido a que un oficial entró al vehículo por la puerta del conductor.
Un alto oficial de la policía le dijo a InSight Crime que había miembros de las pandillas detrás del fallido ataque, el cual tenía como blanco a la policía. El oficial agregó que la policía no sabe quién sería el responsable. Sin embargo, un investigador le dijo a La Prensa Gráfica que miembros de la Mara Salvatrucha 13 (MS13) son sospechosos de haber puesto la granada. La MS13 es la mayor pandilla que opera en la zona donde fue encontrado el vehículo.
Según La Prensa Gráfica, Benito Lara, ministro de Seguridad de El Salvador, dijo que las autoridades investigarán si el intento de detonar la granada dentro del vehículo califica como un acto terrorista.
Análisis de InSight Crime
Si las inferencias de la policía salvadoreña son correctas, la fallida detonación de la granada apuntaría a un nuevo nivel de hostilidad entre las pandillas y las fuerzas de seguridad. El ministro de Seguridad, señaló que esto podría ser parte de un nuevo modus operandi de las pandillas.
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Desde la ruptura de la tregua de las pandillas de El Salvador a comienzos de 2014, Barrio 18 y MS13 —las mayores pandillas del país— han intensificado el número de ataques a policías y militares. La policía ha respondido agresivamente, diciendo a sus agentes que disparen a los criminales "con toda confianza" y asegurando que "estamos en guerra" con las pandillas.
El aumento del conflicto entre las pandillas y las fuerzas de seguridad es en parte causa de la creciente tasa de homicidios en El Salvador. Según La Prensa Gráfica, mayo fue el mes más violento en el país desde el fin de la guerra civil en 1992.