Fiscales salvadoreños han presentado documentos que afirman que los cabecillas de la MS13 trataron de hacer de la pandilla una "unidad de élite" con armas de alto poder compradas en México y Guatemala, una señal de que las conexiones transnacionales del grupo contribuyen a su influencia doméstica.
La Prensa Gráfica y El Universal revisaron un documento de 1.335 páginas, que habría sido presentado por la Fiscalía General de El Salvador, en el que el supuesto líder de la Mara Salvatrucha (MS13) Marvin Adaly Ramos Quintanilla, alias “Piwa”, habría planeado entrenar una “unidad de élite” compuesta por 500 pandilleros y armarlos con armas potentes provenientes de México y Guatemala, con el objetivo de realizar ataques contra propietarios de negocios, fuerzas de seguridad, funcionarios judiciales y políticos.
Según el reportaje sobre el documento, en este se constata que “el proyecto de la mara consiste en recolectar dinero mensualmente, producto de las extorsiones, para compra de armamento […] para equipar a 500 elementos de la MS13, dos por cada una de las 249 clicas (núcleos) a escala nacional y conformar equipos élites de choque para atentados al sistema de seguridad”.
El documento presentado como parte de un nuevo caso de gran magnitud contra docenas de supuestos pandilleros, presuntamente afirma que el objetivo de estos “equipos de choque” era realizar ataques “selectivos y simultáneos” contra blancos de alto perfil “todo con la finalidad de desestabilizar al Estado”.
Aunque la información de prensa no permite inferir el avance de la pandilla con este plan, La Prensa Gráfica informó que entre abril de este año y su arresto a finales de julio, Piwa supervisó la compra de 30 chalecos antibala y múltiples cargamentos de granadas y armas de fuego de grueso calibre.
El medio informativo también informó que los fiscales acusan a miembros sospechosos de la MS13 de tratar de adquirir armas en México y Guatemala “por precios que oscilan entre los US$2.000 y US$3.000 y que tengan capacidad de derribar helicópteros”. No es claro si esos intentos de compra fueron exitosos.
Análisis de InSight Crime
Hay un debate de importante entre los expertos sobre el alcance de la coordinación entre la MS13 en El Salvador y las clicas que operan en países como México, Guatemala, Honduras y Estados Unidos. Sin embargo, las acusaciones recientes indican que la MS13 estaría buscando activamente formar alianzas con criminales de países vecinos, lo cual a su vez facilitará la actuación de la pandilla dentro de El Salvador.
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El Salvador no tiene una industria local de manufactura de armas, lo cual supone que todas las armas que circulan en el país —tanto legales como ilegales— tuvieron que ser importadas en algún punto. Por lo anterior, no sorprendería que pandilleros de El Salvador recibieran ayuda de sus contrapartes en el exterior en la búsqueda de armas que no pueden obtener localmente.
Al mismo tiempo, las pandillas también tienen acceso a un número importante de armas en El Salvador que se filtran de los arsenales del ejército y la policía. Un testigo citado por los fiscales testificó que oficiales de las fuerzas armadas le vendieron tres metralletas M-60 de alto poder a pandilleros. Esto no es ninguna sorpresa; en repetidas ocasiones las fuerzas de seguridad salvadoreñas se han visto implicadas en actividades de tráfico de armas en los últimos años.