Milán es conocida en el mundo entero por su alta moda y el diseño, pero un reciente informe llama la atención sobre un aspecto menos favorable que la ciudad ha adquirido: el fortín europeo de las hiperviolentas pandillas callejeras centroamericanas como Barrio 18 y MS13.
Las facciones de MS13 y Barrio 18 establecidas en Milán están llevando a cabo actos de violencia y se están convirtiendo en un problema de seguridad pública que preocupa a la policía y a la comunidad inmigrante salvadoreña, informó El Mundo. Deidamia Calderón, quien se mudó a Milán en 1970, trabaja como empleada doméstica y le explicó al periódico que su comunidad está cambiando como consecuencia de las pandillas.
“Este año temíamos celebrar el Día de la Independencia en un parque”, dijo Calderón, quien agregó que se requirió la presencia de policías adicionales para las festividades del 11 de septiembre. “Las pandillas […] se han introducido silenciosamente y nadie sabe cuántos de ellos están a nuestro alrededor”.
Según El Mundo, actualmente hay 15 miembros de las pandillas detenidos en la prisión de Milanese Bollate por asesinato, intento de asesinato, o violencia agravada. Gran parte de la violencia está dirigida hacia otros miembros de las pandillas. El noticiero salvadoreño El Faro relató un caso particularmente sangriento en el 2008, cuando un partido de fútbol terminó en una violenta batalla entre las dos pandillas. Un joven fue severamente golpeado y perdió un ojo.
Sin embargo, los crímenes relacionados con las pandillas parecen estar extendiéndose fuera de la comunidad salvadoreña. En junio de 2015, varios pandilleros atacaron a un inspector de tren con un machete, reportó El Mundo. El ataque por poco deja al hombre sin su brazo derecho.
La trabajadora social Anna Viola y el psicólogo Gianluigi Pino, quienes trabajan con pandilleros encarcelados, dicen que los jóvenes salvadoreños que buscan adaptase a sus nuevos entornos son vulnerables a ser reclutados por las pandillas.
“Ellos son jóvenes que llegaron a Italia cuando tenían 13 o 14 años mediante un proceso de reunificación familiar”, dijo Viola. “Muchos no querían venir aquí, y lo que encontraron fue un ambiente hostil: una madre a quien solo conocían por Skype, una lengua y una cultura extranjeras y un clima frío”.
“Estos son chicos que no pueden encontrar un lugar en la sociedad y tratan de identificarse con algo”, agregó Pino. “La pandilla se convierte en su familia”.
Análisis de Insight Crime
Las pandillas centroamericanas en Italia no son un fenómeno nuevo: Según Conte, la primera evidencia de miembros de MS13 activos en Milán surgió en 2005 o 2006. Las pandillas en Italia han imitado muchas de las mismas normas culturales y de organización de las de El Salvador. Incluso la división interna de Barrio 18 entre sus facciones Sureños y Revolucionarios se ha estado imitando en Italia, aunque un poco más tarde. En los años 2013 y 2015, la Policía Estatal Italiana llevó a cabo redadas contra la MS13 en Milán, y detuvo a más de una docena de pandilleros en cada caso.
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Italia es un lugar natural de llegada y reclutamiento de miembros de las pandillas debido a la gran comunidad de emigrantes salvadoreños que llegan allí. Los 40.000 salvadoreños que viven solo en Milán y sus alrededores representan la mayor concentración de salvadoreños fuera del hemisferio Occidental.
Según El Mundo, las mujeres salvadoreñas comenzaron a emigrar a Milán para trabajar como empleadas domésticas en los años setenta. Muchas decidieron quedarse debido a la guerra civil que se desató en su país de origen. Más tarde llevaron sus esposos, hermanos e hijos, quienes estaban huyendo de la guerra. Sin embargo, ahora los migrantes que llegan a Milán están usualmente huyendo de la violencia de las pandillas, que contribuyó a que El Salvador se convirtiera en el país más violento del mundo el año pasado.