Las pandillas colombianas han empezado a extorsionar a alumnos por el derecho de asistir a la escuela, resaltando la naturaleza cada vez más generalizada del crimen, y su impacto en la vida cotidiana del país.
Los grupos criminales en El Limonar, Medellín, exigen entre US$0,25 y $0,50 a los niños que quieran asistir a una de las cinco escuelas en el suroeste de la ciudad, informó el diario El Colombiano. Con aproximadamente 8.000 estudiantes en el área, se estima que esta actividad le genera a estos grupos hasta US$4.000 diarios.
La historia es similar en el departamento (provincia) noroccidental de Córdoba, donde las pandillas vinculadas al cartel neo-paramilitar de los Urabeños supuestamente cobran una tarifa de US$1,00 en las entradas de las escuelas. Si el estudiante no puede pagar ese día o lo de la semana, se les abre una cuenta que se mantiene hasta fin de mes. El estudiante entonces debe pagar US$20, más intereses de US$2,50, según una madre de la zona.
Análisis de InSight Crime
Se estima que la extorsión en Colombia deja ganancias anuales de hasta US$1.000 millones y ha crecido un 229 por ciento durante los últimos cuatro años. Delincuentes comunes son responsables de aproximadamente el 83 por ciento de los casos, mientras que los grupos criminales transnacionales como los Urabeños y los Rastrojos son sólo responsables del 6 por ciento de los casos reportados.
En los casos en Medellín y Córdoba, es poco probable que los grupos de narcotraficantes transnacionales, como los Urabeños, sean directamente los responsables de la micro-extorsión de los estudiantes. Es mucho más probable que los responsables sean franquicias de bajo nivel de los carteles o pandillas callejeras utilizando el nombre de algún grupo narcotraficante para infundir miedo.