El número de jóvenes que abandonan la escuela en El Salvador por amenazas de pandillas ha tenido un aumento dramático en los últimos años, lo que ilustra algunos de los impactos particulares de la atroz situación de seguridad del país sobre los jóvenes.
Según datos del ministerio de educación salvadoreño, dados a conocer por El Diario de Hoy, el número de niños que abandonan sus estudios básicos se triplicó bruscamente de 13.000 en 2014 a 39.000 en 2015.
Más aún, El Diario de Hoy informa que las cifras oficiales pueden no reflejar toda la magnitud del problema. Según el medio noticioso, un estudio realizado en 2015 por el sindicato nacional de maestros de El Salvador estimó que 100.000 estudiantes habían dejado la escuela, básicamente por amenazas de pandillas.
El ministro de educación Carlos Mauricio Canjura reconoció que las preocupaciones por la seguridad son la principal razón por la que los escolares abandonan sus estudios, y añadió que el Ministerio de Educación había contratado a docenas de psicólogos para ayudar a los estudiantes a enfrentar el trauma relacionado con la violencia de pandillas generalizada.
"Es un problema grave que rebasa la capacidad que tiene la planta docente", afirmó Canjura.
Según algunos estimativos, las amenazas de las pandillas afectan al 60 por ciento de colegios salvadoreños. Pero los estudiantes no son los únicos miembros del sistema educativo afectados por la violencia de pandillas; los maestros sufren amenazas continuas y también son objeto de extorsiones.
Por ejemplo, una escuela de la ciudad de Izalco, en Sonsonate reabrió recientemente después de haber estado cerrada por casi un mes debido a amenazas de las pandillas. Según El Diario de Hoy, el departamento educativo de Sonsonate tuvo que contratar a nuevos empleados en reemplazo de quienes se negaron a reintegrarse al trabajo, preocupados por su seguridad.
Aunque el establecimiento educativo reabrió, la amenaza de las pandillas persiste. El día después del reinicio de las clases, mientras los estudiantes estaban en receso, un tiroteo con la policía justo afuera de la escuela dejó un presunto pandillero muerto y otro herido.
Análisis de InSight Crime
Además de obligar a los niños a abandonar prematuramente la escuela, la crisis de seguridad en El Salvador tiene muchos otros impactos negativos en los jóvenes del país. Muchas veces, las pandillas reclutan forzosamente a niños para sus filas, lo que no solo pone a los jóvenes en mayor riesgo de sufrir daños en su persona, sino que también limita seriamente sus posibilidades de aspirar a prospectos profesionales en el futuro, ajenos al mundo criminal.
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En respuesta, algunos políticos salvadoreños han propuesto que se adopte una estrategia de orden público más agresiva sobre los menores que participen en actividades criminales. Sin embargo, varios educadores citados por El Diario de Hoy señalaron que invertir más recursos en el sistema educativo arrojaría mejores resultados en lo que respecta a proteger a los jóvenes y ayudarlos a tener un futuro exitoso.