Más de dos docenas de hombres armados irrumpieron en un rancho en Paraguay, tomaron a sus empleados como rehenes, y se llevaron 350 cabezas de ganado, en un ejemplo inusualmente audaz de un crimen a menudo pasado por alto, pero generalizado en toda Latinoamérica.
Los asaltantes, que estaban armados con rifles y llevaban pasamontañas, mantuvieron atados durante dos días a un administrador y a varios empleados del rancho cerca de Horqueta, en el central departamento de Concepción, mientras acorralaban y seleccionan cuidadosamente el ganado. Se llevaron sólo el ganado que había sido vacunado, arreándolo a 11 grandes camiones, informó ABC. El propietario brasileño de la hacienda no estuvo presente durante el asalto.
Según Monumental 1080 AM, los criminales insistieron en que eran miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) -un grupo guerrillero activo en el área- pero el jefe de la policía local dijo que era más probable que fueran ladrones de ganado.
Este es el segundo caso importante de robo de ganado cerca a Horqueta en seis meses, una localidad rodeada de grandes explotaciones agrícolas, según informes de la Unidad Especial Antiabigeato, o contra el hurto de ganado, de la policía nacional. En octubre de 2013, 200 cabezas de ganado fueron robadas en un rancho cercano, cada una con valor aproximado de US$700.
Análisis de InSight Crime
Aunque hay pocas cifras disponibles que indiquen su prevalencia o sus beneficios, el robo de ganado se ha generalizado en Latinoamérica, afectando a comunidades rurales tan al norte como México, y tan al sur como Argentina. En los últimos años, tanto Colombia como Bolivia han informado de casos de robo de ganado valorados en millones de dólares.
Los grupos pequeños a menudo están detrás del crimen, vendiendo el ganado para ser llevado a mataderos rápidamente o para ser traficado entre fronteras, donde puede alcanzar precios más altos. Sin embargo, se ha sabido que importantes grupos transnacionales de contrabando también toman su parte en esta actividad, y que el robo de ganado puede ser un trampolín para otras formas de actividad criminal, incluyendo el tráfico de drogas, como fue el caso de los dos hermanos hondureños que dirigen el grupo narcotraficante los Cachiros.
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También se ha encontrado que la ganadería en si tiene vínculos con el crimen organizado, con una expansión de la ganadería en las mismas áreas en que las drogas son a menudo contrabandeadas en algunos países, y con algunos ganaderos acusados ??de una serie de actividades ilegales, que van desde el robo de tierras hasta el lavado de dinero.