Por primera vez después de ocho años, Argentina publicó estadísticas oficiales de criminalidad, y las cifras indican que la creciente alarma entre los argentinos por el aumento de la criminalidad y el tráfico de drogas podría ser prematura.
El 25 de abril, las autoridades publicaron datos oficiales sobre criminalidad, que según ellas son las primeras que se publican desde 2008, cuando la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner comenzaba su primer mandato.
El informe (pdf) muestra que las tasas de la mayoría de los tipos de delitos se mantuvieron relativamente estables entre 2008 y 2015. La tasa de homicidios del país subió ligeramente de 6,0 por cada 100.000 habitantes en 2008 a 6,6 por cada 100.000 en 2015 (vea gráfico abajo), mientras que los reportes de hurtos aumentaron un nueve por ciento. Una excepción en este sentido es el número de víctimas de delitos sexuales, que aumentó en 78 por ciento. En total, la tasa de los crímenes cometidos en este período de ocho años aumentó un 10 por ciento.
Tasa de víctimas de homicidios dolosos (2008, 2014 y 2015)
El informe proporciona datos sobre el narcotráfico solamente para los años 2014 y 2015. Las autoridades confiscaron 6.038 kilos de cocaína en 2015, lo cual significa una disminución del 42 por ciento con respecto al año anterior (vea el gráfico abajo). Las cifras del año pasado son un poco menos de la mitad de los 12.122 kilos de cocaína que las fuerzas de seguridad incautaron en 2008, informó Clarín.
Incautaciones de cocaína en Kg (base, pasta y polvo)
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, rechazó la idea de que estas cifras indiquen que el tráfico de cocaína esté disminuyendo en Argentina.
“Realmente es una baja importante y nosotros no consideramos que haya entrado menos cocaína a Argentina” en 2015, dijo.
Análisis de InSight Crime
Es importante no prestar demasiada atención a estas cifras. Como lo señaló Bullrich, los datos de las incautaciones no son necesariamente un buen indicador del volumen de drogas que pasan por un país. México, por ejemplo, decomisa consistentemente mucha menos cocaína que países pequeños como Costa Rica y Panamá, pero no hay duda de que México es la principal puerta de entrada para el consumidor de drogas más grande del mundo, Estados Unidos.
Por otra parte, se cree que en Latinoamérica muchos crímenes, aparte de los homicidios, tienen una alta “cifra negra”, es decir, el número de crímenes que no se reportan. Las fluctuaciones en las estadísticas sobre crimen pueden simplemente ser el resultado de un cambio en el número de delitos no denunciados, lo cual establece una diferencia significativa en la situación de seguridad.
Sin embargo, estos datos proporcionan algunas pistas sobre si la realidad de la situación de la criminalidad en Argentina coincide con la percepción de la población en general. Tomando las cifras por su valor nominal, no parece que el crimen haya aumentado tan dramáticamente durante el gobierno de Kirchner como muchos argentinos, incluyendo el Papa Francisco, habían temido.
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La manera como la población de un país percibe la delincuencia es importante porque puede tener un impacto significativo en las políticas de seguridad.
Como resultado de la creciente ansiedad pública por el narcotráfico y otras actividades criminales, los tres principales candidatos en la campaña presidencial del año pasado prometieron ser más duros con el crimen que Kirchner. El presidente Mauricio Macri cumplió su promesa mediante la promulgación de un decreto ejecutivo en enero, el cual les permite a las fuerzas armadas derribar aviones que se sospeche que están cargados de drogas.
Esta, junto con otras fuertes medidas tomadas por Macri para disminuir las tasas de criminalidad, ha generado la preocupación de que el aparato de seguridad nacional de Argentina esté tomando un camino de militarización al que será difícil darle marcha atrás.