En lo que va del año los ataques perpetrados por las FARC y el ELN han costado a la industria petrolera de Colombia más de US$500 millones, en lo que podría ser un movimiento de los grupos para ejercer presión sobre el gobierno a medida que continúan las conversaciones de paz.
Según la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), la industria petrolera ha perdido un estimado de US$521 millones en lo que va del año por los ataques perpetrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), informó EFE. Por su parte, la agencia AFP informó que si bien los 97 ataques de 2014 son menos que los 223 de 2013, la ACP había señalado que los perpetrados este año han sido más contundentes.
Un golpe particularmente grave fue la serie de ataques contra el oleoducto de Caño Limón –el mayor del país- que resultó en su cierre durante dos meses. A raíz de esto, el gobierno señaló en junio que para el país sería difícil alcanzar la meta de producción petrolera de 1.027 barriles diarios en 2014.
Durante los últimos meses los ataques guerrilleros han estado dirigidos sobre todo a camiones petroleros y oleoductos en los departamentos de Arauca y Norte de Santander, cerca de la frontera con Venezuela, y en el departamento de Putumayo, cerca de Ecuador.
Análisis de InSight Crime
La industria del petróleo es una parte importante de la economía colombiana, y según la ACP representa el 5,6 por ciento del PIB nacional. Durante mucho tiempo, esta industria ha sido uno de los objetivos favoritos de los grupos guerrilleros de Colombia, a pesar de que entre 2010 y 2013 la cantidad de ataques a los oleoductos del país aumentó en más de cinco veces.
Parte del aumento en los ataques durante ese período puede atribuirse a la disminución de la capacidad de la guerrilla para librar una guerra directa contra las fuerzas de seguridad, aumentando el atractivo de los ataques contra la infraestructura por su alto impacto económico y los menores riesgos que supone.
Los continuos y contundentes ataques de los grupos guerrilleros podrían ser, en parte, un intento de ganar ventaja en las negociaciones de paz, mostrando al gobierno el impacto que pueden llegar a tener. El gobierno de Colombia y las FARC comenzaron sus conversación de paz en 2012, y en junio de este año el gobierno anunció que también había comenzado unas negociaciones preliminares con el ELN.
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Enfocarse en la industria del petróleo también tiene beneficios económicos para los grupos guerrilleros. Fuentes en las FARC ya han señalado a InSight Crime que algunas multinacionales petroleras prefirieron cumplir con las demandas de extorsión del grupo para evitar más ataques y pérdidas financieras.