Las autoridades peruanas han detenido a 16 sospechosos que presuntamente trabajaban para una banda criminal dedicada al desplazamiento forzado y al robo de tierras afuera de Lima, resaltando un crimen que es una preocupación creciente en Perú, y un problema paralelo en otras partes de Latinoamérica.

Según las autoridades, los detenidos formaban parte de la banda “Los Sanguinarios de Pachacamac” y trabajaban para una empresa de construcción civil. Al parecer fueron contratados por traficantes de tierras para apoderarse a la fuerza de las tierras de los residentes de dos asentamientos en Pachacamac, al sur de la capital del país, para luego revenderlas con documentación falsa, informó el diario El Popular.

La Policía Nacional detuvo a los sospechosos en los asentamientos Las Mercedes y Las Casuarinas, donde también encontraron revólveres, municiones, cinco vehículos, 10 teléfonos celulares y más de 130 paquetes de drogas, informó La República.

Los sospechosos serán juzgados por robo agravado, delitos contra la seguridad pública, narcotráfico y porte ilegal de armas.

Análisis de InSight Crime

Este caso no es un hecho aislado en Perú. Un informe de la policía de julio de 2012 señaló que los miembros de las empresas de construcción civil en las regiones de Piura y Castilla se dedicaban de manera similar al tráfico de tierras. En agosto pasado, el gobierno de la ciudad de Lima propuso la creación de una unidad especial de la policía para combatir el tráfico de tierras, mientras que la invasión y el tráfico de tierras en áreas protegidas también ha sido una preocupación constante.

Los conflictos de tierras y el desplazamiento forzado también son comunes en otras partes de Latinoamérica, especialmente Colombia, que cuenta con la mayor población de desplazados internos en el mundo. El ejército paramilitar desmovilizado, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), fue notorio por desplazar a la población, y luego usar o vender sus tierras para proyectos agro-industriales o extractivos, una práctica que mantienen hoy en día los grupos narco-paramilitares que lo sucedieron. Actualmente el gobierno está luchando para poner en práctica un ambicioso programa de restitución de tierras, que se ha enfrentado a graves problemas logísticos y la feroz oposición de los remantentes de las AUC y sus sucesores.