Perú reportó incautaciones por US$379 millones en bienes piratas y de contrabando en 2014, cifra que pone de relieve la magnitud de este comercio ilícito en el país andino.
El valor de la mercancía incautada fue hecho público por el viceministro de Mype e Industria, la agencia que supervisa a las pequeñas empresas en Perú.
Esta cifra representa un aumento de US$40 millones con respecto a los bienes confiscados por las autoridades en 2013, y de US$200 millones si se compara con 2012.
“Más o menos 70 por ciento de lo que incautan es contrabando y 30 por ciento es piratería”, le dijo a InSight Crime Adolfo Bernui, secretario técnico de la Comisión de Lucha contra los Delitos Aduaneros y la Piratería (CLCDAP).
Los bienes pirateados consisten principalmente en programas informáticos y artículos de entretenimiento como discos de DVD y música. Los productos de contrabando suelen ser bienes como ropa, licores y cigarrillos que no han sido gravados o no han pasado por la aduana peruana, dijo el funcionario.
El combustible de contrabando también constituye una gran parte de los bienes incautados. Los contrabandistas compran combustible subsidiado por el gobierno en los vecinos países de Bolivia y Ecuador, lo ingresan de contrabando a Perú y lo venden a mayores precios, explicó Bernui.
El funcionario señaló que la industria de la piratería y el contrabando en Perú es controlada tanto por individuos y grupos pequeños, como por redes de crimen organizado. Estos últimos dirigen caravanas de vehículos que transportan contrabando, conocidas como “culebras”, que van desde Bolivia a los departamentos del sur de Perú como Puno, añadió Bernui.
Análisis de InSight Crime
Los bienes de piratería y contrabando incautados en Perú con un valor cercano a los US$400 millones son otro ejemplo de la magnitud de este tipo de comercio ilegal en Centro y Suramérica. En Costa Rica, por ejemplo, funcionarios del gobierno afirmaron recientemente que el contrabando es un problema incluso mayor que el narcotráfico. La situación parece ser similiar en Perú, donde las grandes redes criminales no son las únicas que se benefician del contrabando, sino también contrabandistas individuales, quienes cuentan con pocas alternativas económicas.
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En Perú se han realizado enormes incautaciones de mercancías de contrabando, lo que indica que las grandes redes del crimen organizado podrían estar involucradas en este negocio; entre dichas incautaciones se encuentra una redada en julio pasado, en la cual la policía peruana confiscó 220 toneladas de bienes de contrabando con un valor estimado en US$2 millones. Esos bienes estaban siendo transportados en una de las caravanas “culebra” que trafica bienes entre Bolivia y Perú, una operación en la que la ciudad de Juliaca, en el sureste del país, es usada como centro de distribución para enviar los productos a otras partes de Perú.