En un sondeo reciente, el 70 por ciento de los encuestados dijo creer que Perú está en peligro de convertirse en un narcoestado; un reflejo de la percepción sobre los nexos entre los narcotraficantes y las instituciones gubernamentales del país andino.
La encuesta, realizada por la compañía Ipsos-Perú y publicada por el diario peruano El Comercio, también descubrió que el 67 por ciento de los encuestados cree que los vínculos entre el narcotráfico y el Estado aumentaron durante la administración del presidente actual Ollanta Humala, quien asumió el cargo en 2011.
Los encuestados consideran que el narcotráfico se ha infiltrado con mayor fuerza en el gobierno central de Perú que en las instituciones regionales y municipales. Casi la mitad (43 por ciento) de los 1.208 peruanos encuestados dijeron que la infiltración de los narcotraficantes es generalizada e involucra a los altos mandos del gobierno nacional (vea gráfica abajo).
En contraste, el 35 por ciento de los encuestados cree que la infiltración del narcotráfico afecta a los altos funcionarios a nivel regional y sólo un 23 por ciento considera que este fenómeno ocurre en los municipios (vea la gráfica abajo)
Al menos el 40 por ciento de los encuestados creen que los altos cargos de la rama judicial, la Fiscalía y la Policía Nacional de Perú tienen nexos con el narcotráfico.
También cabe resaltar la pequeña cantidad de peruanos que creen que el narcotráfico no ha infiltrado las instituciones estatales. Menos del 10 por ciento piensa que el gobierno central y regional, la rama judicial, la policía y las fuerzas armadas no han sido infiltradas por el narcotráfico.
Análisis de InSight Crime
El alto porcentaje de peruanos que siente que su país está en peligro de convertirse en un narcoestado es sorprendente, pero no es infundado. En abril, la congresista Rosa Mavila dijo que “existe el riesgo de que Perú se vuelva un narcoestado” debido al fuerte flujo de cocaína en la región del Valle de los Ríos Apurimac, Ene y Mantaro (VRAEM), la principal región cocalera del país.
Al parecer, tanto narcotraficantes como otro tipo de criminales han logrado ejercer influencia, por lo menos en cierto nivel, en muchas ramas y niveles del gobierno peruano. El expresidente Alan García ha sido investigado por presuntamente otorgar indultos a narcotraficantes condenados. En las elecciones regionales de 2014, resultaron elegidos seis gobernadores investigados por narcotráfico, corrupción o lavado de dinero. Ese mismo año, el entonces ministro del Interior Daniel Urresti identificó a más de 100 candidatos a cargos gubernamentales, municipales y regionales que habían sido vinculados a casos de narcotráfico.
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Sin embargo, la percepción pública sobre el grado en que el narcotráfico ha penetrado el Estado puede ser un reflejo del aumento en la cantidad de informes en los medios de comunicación sobre casos de corrupción y escándalos de narcotráfico, más que un incremento real en los nexos entre criminales y funcionarios del gobierno. La influencia subversiva del narcotráfico en la política peruana “no es algo nuevo”, dijo a la agencia española EFE Nicolás Zevallos, investigador de la Pontifica Universidad Católica de Perú. “Lo que puede estar sucediendo es que la cobertura de estos casos [de narcopolítica] en los medios afecta la percepción ciudadana”, afirmó Zevallos.