Perú ha emitido una "circular roja" (alerta roja) para la captura de 90 personas acusadas de corrupción durante el gobierno del expresidente Alberto Fujimori, incluyendo varios de sus familiares, lo que resalta hasta qué punto la corrupción está arraigada en las altas esferas de la política y la sociedad peruanas.
El procurador anticorrupción de Perú, Julio Arbizu, dijo que la orden había sido emitida para su captura, para permitir a la Interpol buscar a los sospechosos en todo el mundo, informó Perú 21.
Las hermanas del expresidente Fujimori, el cuñado y una sobrina están entre las personas buscadas, junto a exfiscales y el ex ministro de Defensa y del Interior, Enrique Malca Villanueva.
Malca Villanueva ha presentado un pedido ante la sede central de la Interpol en Francia que indica que está siendo "perseguido políticamente", bloqueando así su orden de detención. Según Arbizu, otros en la lista han hecho peticiones similares, informó La República. El procurador agregó que los vacíos legales han permitido a muchos de los acusados de actuar de manera indebida bajo Fujimori, a evadir la captura.
Análisis de InSight Crime
La corrupción tiene profundas raíces en la política peruana, incluso para los estándares de Latinoamérica. Durante las últimas elecciones presidenciales, las denuncias de vínculos con dinero del narcotráfico persiguieron a todos los principales candidatos, entre ellos la hija de Fujimori, Keiko, quien está acusada de aceptar miles de dólares en fondos ilícitos. Apenas la semana pasada, la revista peruana Caretas informó que 19 miembros de la actual administración se encontraban bajo investigación por vínculos con el narcotráfico; miembros del segundo gobierno de Alan García están siendo investigados por aceptar sobornos en efectivo a cambio de reducir las condenas de narcotraficantes convictos.
El grado en que las acusaciones de corrupción se extienden a través de gran parte del árbol genealógico de Fujimori sigue siendo impresionante, y el hecho de que las autoridades no hayan logrado atrapar a tantos sospechosos es un ejemplo de la cultura de impunidad dentro del sistema judicial peruano. El gobierno de Fujimori, que se volvio cada vez más autoritario, dañó considerablemente la independencia del sistema judicial y las cosas no fueron mejores con su sucesor: García.