La ola de crímenes, asaltos y otros hechos delictivos en Lima y todo el país provoca que la percepción de inseguridad siga siendo alta, mientras que las autoridades se muestran incapaces de articular planes para combatir la delincuencia y el crimen organizado que cada vez ganan más espacio.
El último hecho de sangre ocurrió apenas este miércoles, a plena luz del día y en una zona con una fuerte seguridad: tres hampones armados siguieron a un comerciante hasta la notaría Paino (a pocos metros de dos complejos policiales en Surquillo), irrumpieron en el local lleno de clientes y le dispararon a quemarropa en el pecho para robarle S/.280 mil.
Según un reciente informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 86.7% de la población siente que podría ser víctima de algún acto delictivo.
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