La destrucción de fauna producto del aumento en la pesca ilegal en la Ciénaga de Simití en el departamento de Bolívar, está generando una crisis ambiental en el municipio.
El grupo ecológico Pescado Sueños ha denunciado desde el mes de agosto la matanza de caimanes y babillas en la ciénaga del río Simití que cruza el municipio que lleva este mismo nombre al noroeste de Colombia, a causa del uso de implementos de pesca no permitidos.
De acuerdo con la organización el uso del trasmallo, una técnica de pesca que consiste en el uso de una serie de redes que se encuentran una encima de otra, ha hecho que este tipo de animales queden atrapados mientras cruzan de lado a lado la ciénaga, por lo que mueren a las pocas horas o son atacados con arpones.
VEA TAMBIEN: Noticias y perfil de Colombia
Según el grupo, ya son más de cinco caimanes y babillas, algunos de más de dos metros de largo, que han sido encontrados en el último mes en el municipio.
Como en este caso, otras especies se encuentran amenazadas por el uso de trasmallo producto de la pesca ilegal en otros lugares de Colombia.
En la región de la Orinoquía, los delfines rosados, que volvieron a estar en la lista de especies en peligro, también son víctimas de la pesca ilegal. En algunos casos quedan atrapados en las redes de pesca, mientras que en otros, son capturados deliberadamente para usarlos como carnada o extraer su aceite.
Análisis de InSight Crime
El incremento de la pesca ilegal en la Ciénaga de Simití tiene al ecosistema, y al municipio, sumido en una crisis ambiental que amenaza no solo a las especies nativas, sino que también pone en juego el sustento de gran parte de la población.
Durante el primer semestre de 2019 un equipo de InSight Crime visitó el municipio de Simití y pudo comprobar la situación que vive la Ciénaga a causa de la pesca ilegal, actividad que viene en aumento desde las primeras capturas reportadas por esta actividad en 2013.
Una de las principales razones para el auge de esta economía criminal es la disparidad en las ganancias que esta actividad deja a los pescadores de la zona. De acuerdo con fuentes locales, los pescadores artesanales en Simití pueden ganar entre 15.000 y 20.000 pesos al día (unos US$4 y US$6), mientras que, al llevar a cabo la pesca ilegal, las ganancias oscilan entre los 200.000 y 500.000 mil pesos diarios (US$57 y US$142). En un municipio donde la mayor parte de la población se dedica a la pesca, las ganancias que promete la pesca ilegal son mucho más atractivas.
La diferencia entre las ganancias de pescadores artesanales y los ilegales reside en el uso del trasmallo, esta herramienta que es comúnmente utilizada para pescar especies que viven en el fondo de los cuerpos de agua.
Autoridades ambientales en el municipio confirmaron a InSight Crime que han llegado a incautar trasmallos de 25 metros de longitud.
VEA TAMBIEN: Colombia no logra detener pesca ilegal en reserva de Malpelo
El uso de este elemento permite atrapar una mayor cantidad de peces. Sin embargo, su costo ambiental es bastante alto. Los trasmallos no son elementos de pesca selectivos, por lo cual atrapan también a peces pequeños, y en otras ocasiones, aves, y reptiles como los caimanes y las babillas, y hasta los manatíes que habitan la ciénaga.
Esto ha generado una disminución en los números de peces presentes en el río, pues los más pequeños que son atrapados por las redes no tienen la posibilidad de desarrollarse, interrumpiendo el ciclo de renovación del recurso pesquero.
Además de los preocupantes daños ambientales, la pesca indiscriminada en la Ciénaga de Simití también pone en riesgo la seguridad alimenticia de la población del municipio, cuya dieta se basa en el pescado. De acuerdo con un funcionario local, existe una gran preocupación de que en los próximos años la ciénaga se quede sin peces.
A pesar de la existencia de un Inspector de Pesca en el municipio, esta actividad es muy difícil de controlar. Los pescadores ilegales extienden sus trasmallos en la noche, lo cual hace más difícil para las autoridades que patrullan la zona detectarlos.