La tasa de homicidios regional de Centroamérica casi que se duplicó entre 2000 y 2011, pese a un aumento en el número de policías durante el mismo período, según un informe regional, lo que demuestra que más policía no implica necesariamente menos crimen.
Entre 2000 y 2011, la tasa de homicidios en Centroamérica aumentó de 22 por cada 100.000 habitantes a 40, según un informe elaborado por el centro de investigación costarricense, Programa Estado de Nación. Durante este mismo período, el número de policías aumentó de 218 por cada 100.000 habitantes a 267.
De alrededor de 168 mil homicidios ocurridos durante este periodo, el 87 por ciento fueron cometidos en la región del Triángulo del Norte –Guatemala, Honduras y El Salvador–. El informe también señala las grandes diferencias en el número de policías en cada país. En el Triángulo del Norte, Guatemala contaba con tan sólo 167 policías por cada 100.000 habitantes en 2011 y Honduras con 176, mientras que El Salvador tenía 343 por cada 100.000 habitantes.
El informe también señala que la población carcelaria de Centroamérica aumentó un 85 por ciento durante esta década (de 44.000 a 82.000), con El Salvador registrando el mayor incremento.
Análisis de InSight Crime
No es ninguna sorpresa que el aumento general en los homicidios de Centroamérica se atribuya en gran parte a los países del Triángulo del Norte –Honduras tiene la tasa de homicidios más alta del mundo, con El Salvador ocupando el segundo lugar, antes de implementarse la tregua entre pandillas en marzo de 2012.
Un hallazgo fundamental del informe es que poner más policías en las calles no conduce necesariamente a una reducción en la violencia. Un buen ejemplo de esto es Honduras, donde el número de policías por cada 100.000 habitantes aumentó en aproximadamente 60 durante este período, mientras que la tasa de homicidios pasó de 51 a 86,5 por cada 100.000 habitantes. La naturaleza altamente corrupta de la fuerza policial del país ayuda a explicar este fenómeno –la policía hondureña fue acusada de cometer 149 ejecuciones extrajudiciales en dos años, un supuesto 40 por ciento de la fuerza tiene vínculos con el crimen organizado, y se ha avanzado poco en el proceso de reforma–. En este contexto, la expansión de la fuerza de policía de Honduras es como añadirle más leña al fuego.